MOBY DICK, DE HERMAN MELVILLE: REALIDAD Y FICCIÓN (I)
Esta lectura desde la aventura es quizá la más importante puerta de entrada para que el lector posterior pueda regresar a la novela a descubrir o redescubrir nuevos aspectos que antes se hayan dejado a un lado. Si a los quince años la novela nos deja ese sello imborrable de los buenos momentos que nos regaló, el regreso posterior, quizá desde la nostalgia, quizá desde la fascinación por algunas escenas, nos pueden brindar nuevos momentos de placer intenso, logrando construir en la mente ese fascinante entramado de virtudes y debilidades humanas que es el trasfondo general de Moby Dick.
EL SEÑOR PRESIDENTE: REALIDAD Y FICCIÓN (II)
Con Asturias, se mezcla realidad y ficción, imaginación e historia, y así es como debemos leerlo, apenas echando mano a algunas notas que, como las que he esbozado en estas dos entregas, nos permitan gozar de su narración un poco más, si esto es posible.
EL SEÑOR PRESIDENTE: REALIDAD Y FICCIÓN (I)
Las grandes obras de la literatura muchas veces tienen distintos caminos de aproximación; es decir, distintas perspectivas desde las que un lector puede acercarse a ellas y disfrutar de su lectura. En este caso particular, la novela clave de Miguel Ángel Asturias, El señor presidente, ofrece varios caminos para que la curiosidad del lector quede plenamente satisfecha.
Los viajes por Guatemala de distintos viajeros, entre el siglo XVII y mediados del siglo XX
La sensación de viajar, como lo entendía Emily Thomas, se ha perdido completamente en este mundo del siglo XXI, donde ya todo está explorado y descubierto, salvo parches recónditos de las fosas marinas. En todo caso, el ojo del viajero-explorador de Gage es el material que nos interesa para efectos de esta serie: recobrar esos vistazos que cuales, como instantáneas, nos regalan los autores del momento político que se vivía en la Guatemala que conocieron.
Los viajes de Tomás Gage en la Nueva España. Tomás Gage (II).
Gage es un viajero consumado, en la mejor acepción de la palabra. Durante sus siete u ocho años de residencia en el país realizó viajes por los cuatro puntos cardinales, entrando por el occidente, cortando por los Cuchumatanes hacia la capital del reino; hace un fascinante viaje por las Verapaces, hasta San Pedro Carchá, pasando por varios poblados en su periplo y luego toma el camino del lago de Izabal, hasta Puerto Bodegas; hace otro viaje al sur, hasta la población de Palín, asentado en una pequeña planicie que se desliza hacia la bocacosta y hacia el oriente; hace su recorrido final para embarcarse en el puerto de El Realejo a fin de regresar a Inglaterra, dejándonos un vívido relato de la aldea Los Esclavos y su peculiar puente.
Los viajes de Tomás Gage en la Nueva España. Tomás Gage (I).
Las circunstancias del viaje de Gage por las provincias de ultramar del Imperio español ya eran de por sí complicadas: un sacerdote inglés de la orden de los jesuitas, que se pasa a la orden de los dominicos y que deserta del viaje de evangelización que tenía por fin de ruta las islas Filipinas tuvo que haber causado suspicacias allí por donde pasara. No contamos con una descripción física del padre Tomás Gage; pero, a partir de sus constantes temores de ser capturado y deportado a España, presumimos que, si no era físicamente distinguible de los demás habitantes y misioneros, muy probablemente hablar español con cargado acento lo pondría en evidencia.
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