Comunismo

El comunismo es una ideología que se clasifica como un tipo de socialismo en el sentido de que apela a un colectivo abstracto llamado sociedad como principal actor en política. Aboga, sobre todo, por la abolición de la propiedad privada, en virtud de una propiedad comunal. A nivel teórico, el comunismo implica una vida en comuna. Es decir, todo le pertenece a la comunidad, quien produce en conjunto para que cada quien tome lo que necesite (Amurrio 2013; Giner 2001; Hazlitt 2012). 

El comunismo, como ideología política, se deriva del socialismo científico de Marx. Esta teoría dialéctica, es decir que aplica la fórmula tesis-antítesis-síntesis de autores como Kant, habla de cómo una revolución proletaria espontánea tomaría el poder del Estado. Esto llevaría a la dictadura del proletariado y, eventualmente, a la abolición del Estado como herramienta de opresión de la burguesía. El marxismo plantea que este último grupo, que mediante el Estado controlaba los medios de producción, robaba del trabajador industrial, el proletario, el valor de su trabajo. Para corregir esto, el Estado debía desaparecer, llevando a un comunismo que remedaría las condiciones originales de la sociedad (Amurrio 2013; Giner 2001; Hazlitt 2012). 

El socialismo científico de Marx no fue una ideología popular en el siglo XIX, pese a la publicación del Manifiesto comunista en 1848. En ese siglo, sus ideas fueron eclipsadas por otras formas de pensar como el anarquismo o el nacionalismo. Sin embargo, esto cambió con la Primera Guerra Mundial y la caída del Imperio ruso. Tras una guerra civil entre 1917 y 1920, los bolcheviques, primera fuerza comunista en gobernar un Estado efectivamente, reestructuraron Rusia para crear la Unión Soviética (Giner 2001; Cole 1957). 

En este nuevo país, la ideología de Estado era una versión modificada del comunismo que propugnaba las ideas de Marx. Antes que negar al autor, Lenin, el gran ideólogo del Estado soviético, agregó cuestiones para explicar el surgimiento de la URSS. Explicó que la revolución espontánea de la que hablaba Marx, en realidad, necesitaba una vanguardia que la incitara. No se podía esperar a que pasara sola, sino que un grupo dentro del proletariado debía surgir como guía. Para Lenin, esta vanguardia era el partido político, lo que explica que la dictadura soviética fuera un totalitarismo de partido único (Progress Publishers 1965). 

A nivel internacional, esta nueva variante, llamada marxismo-leninismo, se debatía si debía incitar la revolución en el extranjero o enfocarse en la Unión Soviética. Stalin abogaba por la revolución en un solo país, en esencia aislando a la URSS. Por su parte, Trotsky creía en expandir la revolución incentivando el surgimiento de vanguardias en el resto del mundo. Tras la Segunda Guerra Mundial y en el marco de la Guerra Fría, esta idea cobró relevancia y llevó a un activismo soviético internacional para combatir a Estados Unidos y al mundo libre (Pevehouse y Goldstein 2017; Wright 1931). 

En este contexto, el comunismo que llegó a Guatemala fue de la corriente marxista-leninista, con el apoyo tácito de la Unión Soviética. La caída de Cuba al comunismo desde 1959 llevó a un fortalecimiento de partidos de esta ideología en Latinoamérica. En Guatemala, como en casi todos los países, el comunismo estaba fuertemente ligado a los movimientos sindicales, actividades que cobraron relevancia política en el país tras la Revolución de Octubre de 1944 (Luján 1998).

Referencias

Amurrio, Jesús. 2013. Clásicos del pensamiento político. Guatemala: Magna Terra Editores.

Cole, George D. H. 1957. Marxismo y anarquismo 1850-1890. Tomo 2 de Historia del pensamiento socialista. México: FCE. 

Giner, Salvador. 2001. Teoría sociológica clásica. Barcelona: Ariel. 

Hazlitt, Henry. 2012. Los fundamentos de la moral. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

Luján, Jorge. 1998. Breve historia contemporánea de Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson. 

Progress Publishers. 1965. «Lenin Collected Works». Volna 22 (10): 442-443.

Wright, G. Jones. 1931. Permanent Revolution. Estados Unidos: Progress Publishers.