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Glosario

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La amnistía es un recurso legal y político del Estado por medio del cual se perdona de manera generalizada algún crimen, anulando la condena y eliminando el antecedente criminal para los beneficiados. Su etimología ayuda a entender mejor su efecto: al venir de la palabra olvido o amnesia, legalmente es como si el crimen jamás hubiera pasado. Esta medida va más allá del perdón presidencial o indulto que existe como contrapeso ejecutivo al poder judicial, el cual anula la condena, pero no perdona el crimen (Dancy 2018; Duignan 2023).

La amnistía es una medida utilizada ampliamente en conflictos armados, sobre todo en aquellos librados dentro de países entre bandos enemistados. En gran medida, es una política estatal que busca patrocinar el fin de la conflictividad. Un jefe de Estado o un legislativo pueden ofrecer esto como una garantía a grupos armados de que, si se desmovilizan, no afrontarán consecuencias directas o inmediatas. Esto, en teoría, incentiva a que los movilizados dejen la violencia por la negociación (Dancy 2018; ICR 2023; Geneva Call 2020). 

La cobertura de las amnistías puede variar. Si son totales, todos los crímenes cometidos, aunque sean de lesa humanidad y afines, son perdonados. Además, todos sus perpetradores, desde los dirigentes hasta el subalterno más bajo, son librados de responsabilidad. Asimismo, existen otros tipos de amnistías. Por ejemplo, algunas pueden perdonar crímenes como la sedición; es decir, levantarse contra el Estado, pero no perdonar genocidios y crímenes de guerra como saqueos y violaciones. Además, algunas tienen condiciones previas. Por ejemplo, se puede exigir una desmovilización armada antes de dar la amnistía (ICR 2023; Geneva Call 2020). 

La ley internacional no regula directamente los procesos de amnistías. Por lo tanto, tienden a ser procesos que se manejan a nivel soberano dentro de los Estados. Sin embargo, la ley internacional en su regulación de las guerras exige ciertas cuestiones. Por ejemplo, los crímenes que se juzgan en la Corte Penal Internacional —como genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad— no pueden ser incluidos en ninguna amnistía. Además, puede que los responsables no sean condenados, pero los afectados sí deben ser reparados por el Estado (ICR 2023; Geneva Call 2020; Navqi 2003).


Referencias

Dancy, Geoff. 2018. «Deals with the Devil? Conflict Amnesties, Civil War, and Sustainable Peace». International Organization (72) 2: 387-421.

Duignan, Brian. 2023. «Amnesty». Encyclopaedia Britannica. Acceso el 20 de abril del 2023. https://www.britannica.com/topic/amnesty.

ICR. 2023. «Amnesty», How does Law Protect in War? Acceso el 20 de abril del 2023. https://casebook.icrc.org/a_to_z/glossary/amnesty#:~:text=A%20measure%20of%20clemency%20that,interned%20for%20reasons%20related%20thereto.

Geneva Call. 2020. «Amnesties and Armed Conflicts». Protection des civils dans les conflits armés. Acceso el 21 de abril del 2023. https://www.genevacall.org/fr/amnesties-and-armed-conflicts/.

Navqi, Yasmin. 2003. «Amnesty for War Crimes: Defining the Limits of International Recognition». International Review of the Red Cross IRRC (85) 851.


El anticastrismo es, en esencia, la oposición al régimen comunista de Fidel Castro en Cuba y su influencia o intervención en otros países para expandir el comunismo. El anticastrismo también se oponía a la doctrina Betancourt liderada desde Venezuela y al foquismo, propio del Estado cubano (Democracia Participativa 2016; García Arias 1969; Guevara 2006; Gutiérrez Martínez 2018; Vincent 1997). 

Con el triunfo de la Revolución cubana en 1959, la tensión en Latinoamérica y, sobre todo, en la cuenca del Caribe, aumentó. Los Estados Unidos ya habían adoptado una política exterior anticomunista desde finales de la Segunda Guerra Mundial, con lo cual querían evitar el surgimiento de cualquier movimiento comunista interno en países de su esfera de influencia y en el resto del mundo. El miedo por el comunismo de Fidel Castro llevó a una aplicación renovada de la política exterior anticomunista en Latinoamérica (Kaplan 2017; Pevehouse y Goldstein 2017; Vincent 1997). 

Así, el anticastrismo es la versión del anticomunismo estadounidense en Latinoamérica. Los países con esta política exterior, al tener un espacio de maniobra más reducido, entendido como la cuenca del Caribe, buscaban luchar contra Castro exclusivamente. Sus intereses no iban más allá de la región inmediata y la cooperación con Estados Unidos. Guatemala era de los países con uno de los anticastrismos más agresivos (Luján 1998; Pevehouse y Goldstein 2017; Vincent 1997).

Tras el golpe contra Árbenz en 1954, como parte del anticomunismo estadounidense, los nuevos gobernantes, militares favorables al anticomunismo, construyeron su política exterior en torno a contrariar a Castro. Ydígoras Fuentes estaba tan comprometido con el anticastrismo que permitió el entrenamiento de exiliados cubanos en Guatemala para preparar la invasión de la Bahía de Cochinos. El objetivo era empezar una nueva guerra de guerrillas que debilitara a Castro y, potencialmente, llevara a un cambio de régimen (Luján 1998).


Referencias

Democracia Participativa. 2016. «La Doctrina Betancourt: análisis y textos fundamentales». Instrumentos internacionales y declaraciones. Acceso el 18 de abril del 2023. https://democraciaparticipativa.net/documentos-data-a-referenda/documentos-en-espanol/instrumentos-internacionales-y-declaraciones/9548-la-doctrina-betancourt-analisis-y-textos-fundamentales.html.

García Arias, Luis. 1969. «La Desaparición de la Doctrina Betancourt sobre No Reconocimiento de Gobiernos “de Facto”». Revista Española de Derecho Internacional 22 (1): 104-106. 

Guevara, Ernesto. 2006. La guerra de guerrillas. Estados Unidos: Che Guevara Publishing Project. 

Gutiérrez Martínez, Marco Antonio. 2018. «Che Guevara: el foquismo y la guerrilla». Ponencia presentada en el V Coloquio de Historia Bélica Universal. México: Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México. 

Kaplan, Robert. 2013. The Revenge of Geography: What the Map Tells us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Nueva York: Random House Trade Paperbacks.

Luján, Jorge. 1998. Breve historia contemporánea de Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson.

Vincent, Mauricio. 1997. «Herederos de Mas Canosa: La desaparición del líder divide aún más a la oposición anticastrista». El País Digital. Acceso el 18 de abril del 2023. http://www1.udel.edu/leipzig/texts4/elb01127.htm.


El antiimperialismo es una característica de varias variantes del marxismo que fue introducido por Lenin en el marco de la Revolución rusa. Aunque es un concepto antiguo con muchas definiciones, los comunistas consideran al imperialismo como la etapa final y superior del capitalismo. El imperialismo es la máxima expresión de la opresión de la burguesía, pues logra tejer una red mundial, mediante el libre comercio y el financiamiento internacional, que penetra las fronteras de los países, para someter y oprimir a proletarios y campesinos extranjeros. El imperialismo viola la soberanía de los pueblos en democracia directa, según los comunistas. Eso explica por qué la revolución triunfa en Rusia y puede hacerlo en cualquier parte: aunque no haya industria, es parte del capitalismo imperialista mundial (Lenin 1916). 

El imperialismo es un concepto antiguo. Sin embargo, en todos los casos se refiere a algún tipo de gobierno superior. El primer uso de la palabra se vinculó a entidades políticas que conquistan a otras. Por ejemplo, Persia es un imperio, porque el emperador es un «rey de reyes». Implica conquistar a otros países y ser superior a ellos militarmente. En el Imperio romano, el imperio estaba relacionado también con el poder militar. Al someter a un país, se tenía la autoridad de dirigirlo políticamente, aunque retuviera su gobierno local (Oppenheimer 1922). Ya en la época medieval, el imperio pierde el carácter militar, pero retiene la autoridad como su pilar. En esencia, se trata de la proyección de poder de un país o monarca poderoso sobre otros por alguna razón. No es un gobierno directo, sino una autoridad indirecta que incide en cómo se gobierna, pero que existe fuera de las instituciones formales (Oakshott 2012). 

En la época moderna, el imperialismo recupera su elemento militar. En un mundo dominado por los reinos europeos, el imperialismo implica expandirse por el mundo, buscando tierras nuevas para colonizar. Ciertos países, en función de su poder económico y geopolítico, son más propensos a ser imperialistas. Se desarrolla un sentido de excepcionalidad y superioridad: estos países creen que son naturalmente mejores y que tienen derecho a gobernar el mundo. Esto aplica tanto a los europeos como a los chinos, los indios, los etíopes, los japoneses, los incas o los aztecas. Los europeos logran conquistar otros imperios por su superioridad tecnológica y económica, pero ello no implica que sean los únicos imperialistas (Kaplan 2017). 

La crítica marxista del imperialismo, y de ahí su carácter antiimperialista, se debe a la relación que ven entre los imperios y los Estados burgueses. Para Marx y Lenin, el Estado es una herramienta de opresión en manos de los burgueses, para explotar a los proletarios. En los siglos XIX y XX, los proyectos coloniales estaban dirigidos precisamente por estos Estados industrializados. Así, Lenin reinterpreta el imperialismo como una explotación proletaria más allá de las fronteras de los países europeos. La competencia entre grandes potencias era el último paso de un capitalismo depredador que explotaba al resto del mundo. La revolución proletaria debía ser mundial para destruir este sistema global (Lenin 1916; Silva Amaral 2017).

El antiimperialismo vuelve a ser relevante con la expansión del comunismo por el mundo, en el marco de la Guerra Fría. La llegada de estas ideas a Asia y África coincide con la descolonización. Así, muchas de las guerras de independencia son movimientos socialistas antiimperialistas. El comunismo de Vietnam liderado por Ho Chi Minh, el socialismo panarabista de Nasser en Egipto y el socialismo panafricanista de Nkrumah en Ghana se apoyan precisamente en el antiimperialismo (Linzy 2022).

En Latinoamérica, el sentimiento antiimperialista se dirige hacia los Estados Unidos. Por ejemplo, Castro se posiciona como líder latinoamericano antiimperialista. Se acusa a la gran potencia de violar la soberanía de los pueblos, a pesar de que, en su mayoría, estos países eran dictaduras donde la gente tenía participación mínima. Consideran que el control de Estados Unidos a raíz de la Segunda Guerra Mundial, especialmente del dinero en el marco de los Acuerdos de Bretton Woods, es una forma de explotación de las periferias agrícolas. Así, muchas guerrillas y partidos en la región surgen para tratar de aislarse de Estados Unidos al aliarse con la Unión Soviética (Silva Amaral 2017).


Referencias

Kaplan, Robert D. 2017. The Return of Marco Polo’s World and the U.S. Military Response. Estados Unidos: CNAS. 

Lenin, Vladimir Ilyich. 1916. «Imperialism, the Highest Stage of Capitalism». Marxists Internet Archive. Acceso el 9 de julio del 2023. https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1916/imp-hsc/.

Linzy, Benjamin. 2022. «From Imperialism to Postcolonialism: Key Concepts». JSTOR Daily. Acceso el 8 de julio del 2023. https://daily.jstor.org/from-imperialism-to-postcolonialism-key-concepts/

Oakshott, Michael. 2012. Lecciones de historia del pensamiento político. España: Unión Editorial.

Oppenheimer, Franz. 1922. «The State: Its History and Development Viewed Sociologically». Alemania.

Silva Amaral, Marisa. 2017. «Lenin, el imperialismo como fase y reflexiones sobre el imperialismo hoy». Cuadernos de economía crítica 3 (6): 153-176.


La ayuda y asistencia militar es un tipo de cooperación internacional entre países que incluye elementos puramente militares y relaciones cívico-militares. Implica colaborar en asuntos de seguridad, pero también en cuestiones sociales y políticas. En el caso de las relaciones internacionales entre grandes potencias y socios más pequeños, el desarrollo de la parte sociopolítica es clave. Se busca fortalecer el Ejército del socio por razones estratégicas, pero, al mismo tiempo, se busca crear un sistema político y económico que prevenga abusos de un ejército moderno o la toma del poder político por parte de los militares (USAID 2023). 

En política exterior, la fuerza militar no lo es todo. Las relaciones entre los Estados deben beneficiar a las poblaciones de cada país para que sean duraderas y bien vistas políticamente. En el caso de la ayuda y asistencia militar, existen dos esferas principales: seguridad y relaciones cívico-militares. Aunque los esfuerzos deben coordinarse, no deben confundirse. Por ejemplo, un ejército no debe hacer trabajo humanitario de la misma manera que una ONG no debe realizar actividades militares (AUSA 2023; European Comission 2023; USAID 2023; Pevehouse y Goldstein 2017). 

En temas de seguridad, la asistencia militar tiene varias dimensiones. Hay elementos evidentes como compartir armas, tecnología e inteligencia militar; sin embargo, se busca también el desarrollo de los miembros de los ejércitos. Para ello, existen intercambios estudiantiles entre instituciones castrenses con la idea de desarrollar afinidad entre los países. Asimismo, se aspira a desarrollar estrategias conjuntas a largo plazo. Esto retroalimenta las alianzas militares que las grandes potencias usan para avanzar sus intereses geoestratégicos (AUSA 2023; USAID 2023). 

La cooperación cívico-militar es más compleja. En muchos casos, se relaciona con el poder suave en las relaciones internacionales. En vez de usar fuerza, se usa la interdependencia económica y el intercambio cultural para desarrollar relaciones más estrechas entre países. En el caso de la cooperación militar, el objetivo es prevenir que el ejército, más poderoso por la ayuda militar, se vuelva un actor político dañino y autoritario (AUSA 2023; Pevehouse y Goldstein 2017). 

La asistencia militar puede exigir una formación en derechos humanos para los socios de países más pequeños. Puede exigir el respeto a la democracia liberal como requisito de cooperación militar. Una de las formas en que se fomenta esto es a través de la separación del ejército de la policía civil. En esencia, se divide la seguridad externa de la interna para asegurar que el trato con los civiles esté a cargo de la policía y no del ejército. Esto limita las operaciones militares al exterior o las fronteras. Asimismo, es posible que se manifieste en programas que fomenten el desarrollo socioeconómico de manera paralela a la ayuda militar. En muchos casos, estas cuestiones son importantes en contrainsurgencias: no se trata solamente de vencer militarmente a la guerrilla, sino de crear un sistema político legítimo que prevenga la conflictividad (OCHA 2023; USAID 2023). 

La ayuda y asistencia militar varían según la potencia u organismo. Estados Unidos desarrolla relaciones militares fuertes con sus aliados. Esto es especialmente cierto para los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte —OTAN—. En ocasiones, se privilegia esto sobre las relaciones cívico-militares, especialmente con socios de países más pequeños. La Unión Europea limita su cooperación militar fuera del continente al enfatizar más el aspecto cívico-militar. Generalmente, acepta la ayuda militar en seguridad en casos de emergencia. Finalmente, la Organización de Naciones Unidas —ONU— enfatiza el uso de la fuerza armada para garantizar ayuda humanitaria en el caso de guerras internas (USAID 2023; European Comission 2023; OCHA 2023). 

En el caso de Guatemala, la mayoría de asistencia y ayuda militar se dio con Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría. En el caso estadounidense, las relaciones cívico-militares estaban a cargo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional —USAID—. Mientras los ejércitos cooperaban en la lucha contra las guerrillas, USAID se encargaba de programas socioeconómicos para fomentar el desarrollo de las áreas en conflicto: buscaba ayudar en la parte social de la contrainsurgencia, eliminando los incentivos que los individuos tenían para unirse a las guerrillas.


Referencias

AUSA. 2023. «Civil Affairs and Civil-Military Cooperation: a Hybrid Solution to Defeat Hybrid Threats». Association of the United States Army. Acceso el 21 de julio del 2023. https://www.ausa.org/publications/civil-affairs-and-civil-military-cooperation-hybrid-solution-defeat-hybrid-threats.

European Commission. 2023. «Civil-Military Cooperation in Emergencies». European Civil Protection and Humanitarian Aid Operations. Acceso el 21 de julio del 2023. https://civil-protection-humanitarian-aid.ec.europa.eu/partnerships/relations/civil-military-cooperation-emergencies_en

OCHA. 2023. «Humanitarian Civil-Military Coordination». United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs. Acceso el 21 de julio del 2023, https://www.unocha.org/themes/humanitarian-civil-military-coordination

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson.

USAID. 2023. «Office of Civilian-Military Cooperation». Conflict Prevention and Stabilization. Acceso el 21 de julio del 2023. https://www.usaid.gov/about-us/organization/military.

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Un cateo es un mecanismo judicial por medio del cual se investiga la propiedad privada de alguien para encontrar evidencia de un crimen. Para poder realizar un cateo, se necesita tener una causa probable. En otras palabras, se necesita tener evidencia suficiente para creer que realizar esta acción llevará a encontrar evidencia definitiva de un crimen. Este debe estar permitido previamente por un juez y se debe tener una idea de la evidencia que se busca, ya que no está permitido entrar a explorar la propiedad privada y ver qué evidencia incriminatoria se encuentra aleatoriamente. Además, los solicitantes del cateo deben especificar claramente el potencial delito cometido y aunque se encuentre evidencia para otras faltas, esta no se puede retirar si no se especificó ante el juez previamente (Ace Project 2023: IMCO 2023; Justia 2023). 

El cateo tradicionalmente significaba entrar en la propiedad física de alguien. Con el desarrollo de las tecnologías digitales, los cateos se empezaron a aplicar a los teléfonos celulares y computadoras. La información en estos dispositivos se protege al considerarse propiedad de alguien. En todo cateo, no respetar los límites del permiso invalida la evidencia (Ace Project 2023, IMCO 2023; Justia 2023). 

Existen otras formas en las que se hace de los cateos más difíciles. Por ejemplo, diferentes legislaciones nacionales precisan horarios específicos para realizarlos —de seis de la mañana a seis de la tarde, por ejemplo—. Otros exigen que la orden de cateo se cumpla de inmediato para evitar arbitrariedad en su aplicación. En ocasiones, se pide la firma de la persona que sufre el cateo y de dos testigos neutrales que verifiquen que el proceso se hizo legalmente (Ace Project 2023, IMCO 2023; Justia 2023). 

La razón que explica por qué hay tantos límites es que el mecanismo vulnera directamente la propiedad privada de las personas. Esto es un derecho humano básico, pero, en ocasiones, la provisión de justicia requiere transgredir la propiedad privada para evitar la impunidad. Sin embargo, al enumerar tantas restricciones se reconoce la gravedad de violar la propiedad privada de los individuos (Merril y Smith 2007). 

La propiedad privada es importante por varias razones. Primero, es algo inherente y natural al ser humano. Es el dominio que ejerce sobre sus cosas y la manera en que puede garantizarse su vida y libertad. Segundo, es una limitante contra el poder del Estado y otras instituciones que quieran regular la vida de las personas. Tercero, es la base de un libre mercado basado en el intercambio voluntario. Esta es la única manera en que las sociedades pueden volverse prósperas: no se enriquece al colectivo como tal, sino que se fomenta que cada persona tenga más (Hayek 2017; Merril y Smith 2007; Summers 1986). 

Pese a las restricciones que existen en las legislaciones nacionales, los cateos son un instrumento fácil de abusar. Esto es especialmente cierto en dos casos: gobiernos autoritarios y estados de excepción. En ambos casos, los frenos y contrapesos entre las ramas del Gobierno dejan de practicarse. Asimismo, se suspenden los derechos humanos, individuales y naturales, con algún pretexto político. Así, las restricciones que limitan el uso de los cateos se eliminan. En otras palabras, se pierden las garantías políticas que defienden la propiedad privada de los individuos (Hayek 2017; Merril y Smith 2007; Summers 1986). 

En el caso de Guatemala, los cateos en el contexto del enfrentamiento armado interno se usaban para perseguir las operaciones de la guerrilla. Es claro que la intención era sofocar la insurgencia en el país. Sin embargo, los cateos indiscriminados, debido al estado de sitio, eran una afrenta a la propiedad privada de los guatemaltecos. No había frenos efectivos para limitar el uso del mecanismo legal, vulnerando la institución de la propiedad privada.


Referencias

Ace Project. 2023. «Orden de cateo». Integridad electoral. Acceso el 20 de julio del 2023. https://aceproject.org/main/espanol/ei/eih01d2.htm

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

IMCO. 2023. «Cateo». Justicia y Seguridad: Justicia transparente. Acceso el 20 de julio del 2023. https://imco.org.mx/justiciapenal/blog/definicion/cateo/.

Justia. 2023. «Código Federal de Procedimientos Penales». Reglas Generales para el Procedimiento Penal. Acceso el 21 de julio del 2023. https://mexico.justia.com/federales/codigos/codigo-federal-de-procedimientos-penales/titulo-primero/capitulo-vii/

Merril, Thomas W., y Henry E. Smith. 2007. «The Morality of Property». Columbia Law School. Acceso el 21 de julio del 2023. https://scholarship.law.columbia.edu/faculty_scholarship/824/.

Summers, Brian. 1986. «The Moral Foundations of Property Rights». Foundation for Economic Education. Acceso el 21 de julio del 2023. https://fee.org/articles/the-moral-foundations-of-property-rights/.


En este contexto, el comité debe ser entendido como un sóviet. Esta es la unidad mínima de organización política de la Unión Soviética, al menos a nivel nominal. Es una unidad política compuesta por obreros, campesinos y soldados a nivel local. Debería ser el principal tomador de decisiones, donde sus miembros votan por la medida que la comunidad considera apropiada. Se trata de una representación por clase; quien vota en un sóviet lo hace como obrero o campesino, no como individuo (Encyclopaedia Britannica 2023). 

En teoría, el gobierno soviético debía construirse a partir de los sóviets. Proponía un sistema inverso a los parlamentos convencionales de los Estados identificados como burgueses en el marxismo. En vez de tener un congreso nacional con líderes poderosos que impusieran leyes a todos en el país, los sóviets eran instituciones autónomas que determinaban sus propias reglas. Existían sóviets a nivel de las repúblicas que integraban la URSS, así como a nivel nacional. Sin embargo, toda ley aprobada por estos sóviets podía ser rechazada por los sóviets locales, quienes tenían el poder de última instancia. Tenían capacidades ejecutivas y legislativas, evitando así dividir la voluntad del pueblo organizada en el sóviet, como lo harían las ramas separadas de gobierno en una república (Encyclopaedia Britannica 2023). 

En la práctica, los comités o sóviets no eran autónomos. El partido comunista dominaba estas organizaciones. Había «elecciones», pero solo había un único candidato del partido comunista o algún independiente aprobado por el mismo partido en su defecto. De hecho, los sóviets son previos a la Unión Soviética. Surgieron en 1905 tras el primer intento de revolución contra la monarquía de los zares. Eran organizaciones de gestión local paralelas al Estado ruso. En la Revolución rusa, los bolcheviques adoptaron el sóviet como un ideal. Sin embargo, tuvieron que luchar electoralmente para lograr cooptarlos e instrumentalizarlos. La única forma en que los comunistas se apoderaron de los sóviets fue porque los socialdemócratas los abandonaron en protesta al golpe de Estado bolchevique en 1917 (Lumen 2023; Onion et al. 2023).  

Durante los primeros años de la Unión Soviética, los sóviets aún tenían cierto poder a nivel local. Les permitieron a muchos campesinos ricos mantener su propiedad privada. En esencia, los comunistas atacaban a los grandes terratenientes y a la aristocracia, mientras evitaban enfrentarse con los campesinos para comprar su apoyo político. Los intentos de colectivización hacían que los campesinos se levantaran contra la Unión Soviética (AHA 2023; Lumen 2023; Onion et al. 2023). 

Stalin abolió el poder restante en manos de los sóviets con sus políticas de colectivización masiva. Como parte de su política de socialismo en un solo país, el dictador sucesor de Lenin buscaba crear un Estado centralizado y burocrático para hacer frente a los Estados capitalistas enemigos. Esto implicaba invertir la relación de poder de los sóviets: los locales se subordinarían al nacional, tal y como los parlamentos de otros países. Así, el sóviet siguió existiendo nominalmente, pero sin poder significativo (Stalin citado en O’Callaghan 1941; Onion et al. 2023). 

Pese a la minimización de la institución del sóviet en la Unión Soviética, la idea se mantuvo viva dentro del marxismo-leninismo. Surgieron sóviets en diferentes países, incluidos Alemania, China y México. En muchos casos, se vería la fundación de estos comités como un presagio de la revolución proletaria que se avecinaba. Eso explica por qué los partidos comunistas y las guerrillas de todo el mundo, incluida Guatemala, llamaban a todos los «comités» a unirse a la lucha. En cada país, se incluían nuevas clases representadas en función de la dinámica de poder local. Por ejemplo, en Guatemala se apelaba a la pequeña burguesía para garantizar apoyo de grupos urbanos de ingreso medio.


Referencias

AHA. 2023. «What is the Soviet Economic System?». Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.historians.org/about-aha-and-membership/aha-history-and-archives/gi-roundtable-series/pamphlets/em-46-our-russian-ally-(1945)/what-is-the-soviet-economic-system.

Encyclopaedia Britannica. 2023. «Soviet: Soviet Government Unit». Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.britannica.com/topic/soviet-government-unit.

Lumen. 2023. «Formation of the Soviet Union». History of Western Civilization II. Acceso el 2 de julio del 2023. https://courses.lumenlearning.com/suny-hccc-worldhistory2/chapter/formation-of-the-soviet-union/.

O’Callaghan, Einde. 1941. «The Stalinist Theory of “Socialism in One Country”: Soviet Disasters, Defeat of Revolutions Are Fruits of This Theory». Encyclopaedia of Trotskism Online. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.marxists.org/history/etol/writers/curtiss/1941/11/staltheory.html.

Onion, Amanda, Missy Sullivan, Matt Mulen y Christian Zapata. 2023. «Soviet Union». Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.history.com/topics/european-history/history-of-the-soviet-union.


El comunismo es una ideología que se clasifica como un tipo de socialismo en el sentido de que apela a un colectivo abstracto llamado sociedad como principal actor en política. Aboga, sobre todo, por la abolición de la propiedad privada, en virtud de una propiedad comunal. A nivel teórico, el comunismo implica una vida en comuna. Es decir, todo le pertenece a la comunidad, quien produce en conjunto para que cada quien tome lo que necesite (Amurrio 2013; Giner 2001; Hazlitt 2012). 

El comunismo, como ideología política, se deriva del socialismo científico de Marx. Esta teoría dialéctica, es decir que aplica la fórmula tesis-antítesis-síntesis de autores como Kant, habla de cómo una revolución proletaria espontánea tomaría el poder del Estado. Esto llevaría a la dictadura del proletariado y, eventualmente, a la abolición del Estado como herramienta de opresión de la burguesía. El marxismo plantea que este último grupo, que mediante el Estado controlaba los medios de producción, robaba del trabajador industrial, el proletario, el valor de su trabajo. Para corregir esto, el Estado debía desaparecer, llevando a un comunismo que remedaría las condiciones originales de la sociedad (Amurrio 2013; Giner 2001; Hazlitt 2012). 

El socialismo científico de Marx no fue una ideología popular en el siglo XIX, pese a la publicación del Manifiesto comunista en 1848. En ese siglo, sus ideas fueron eclipsadas por otras formas de pensar como el anarquismo o el nacionalismo. Sin embargo, esto cambió con la Primera Guerra Mundial y la caída del Imperio ruso. Tras una guerra civil entre 1917 y 1920, los bolcheviques, primera fuerza comunista en gobernar un Estado efectivamente, reestructuraron Rusia para crear la Unión Soviética (Giner 2001; Cole 1957). 

En este nuevo país, la ideología de Estado era una versión modificada del comunismo que propugnaba las ideas de Marx. Antes que negar al autor, Lenin, el gran ideólogo del Estado soviético, agregó cuestiones para explicar el surgimiento de la URSS. Explicó que la revolución espontánea de la que hablaba Marx, en realidad, necesitaba una vanguardia que la incitara. No se podía esperar a que pasara sola, sino que un grupo dentro del proletariado debía surgir como guía. Para Lenin, esta vanguardia era el partido político, lo que explica que la dictadura soviética fuera un totalitarismo de partido único (Progress Publishers 1965). 

A nivel internacional, esta nueva variante, llamada marxismo-leninismo, se debatía si debía incitar la revolución en el extranjero o enfocarse en la Unión Soviética. Stalin abogaba por la revolución en un solo país, en esencia aislando a la URSS. Por su parte, Trotsky creía en expandir la revolución incentivando el surgimiento de vanguardias en el resto del mundo. Tras la Segunda Guerra Mundial y en el marco de la Guerra Fría, esta idea cobró relevancia y llevó a un activismo soviético internacional para combatir a Estados Unidos y al mundo libre (Pevehouse y Goldstein 2017; Wright 1931). 

En este contexto, el comunismo que llegó a Guatemala fue de la corriente marxista-leninista, con el apoyo tácito de la Unión Soviética. La caída de Cuba al comunismo desde 1959 llevó a un fortalecimiento de partidos de esta ideología en Latinoamérica. En Guatemala, como en casi todos los países, el comunismo estaba fuertemente ligado a los movimientos sindicales, actividades que cobraron relevancia política en el país tras la Revolución de Octubre de 1944 (Luján 1998).


Referencias

Amurrio, Jesús. 2013. Clásicos del pensamiento político. Guatemala: Magna Terra Editores.

Cole, George D. H. 1957. Marxismo y anarquismo 1850-1890. Tomo 2 de Historia del pensamiento socialista. México: FCE. 

Giner, Salvador. 2001. Teoría sociológica clásica. Barcelona: Ariel. 

Hazlitt, Henry. 2012. Los fundamentos de la moral. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

Luján, Jorge. 1998. Breve historia contemporánea de Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson. 

Progress Publishers. 1965. «Lenin Collected Works». Volna 22 (10): 442-443.

Wright, G. Jones. 1931. Permanent Revolution. Estados Unidos: Progress Publishers.


A grandes rasgos, una constitución es la ley básica que rige un sistema político. A diferencia de las leyes comunes que regulan cuestiones específicas, las constituciones son las leyes supremas del país que determinan el funcionamiento del Estado. Toda acción del Gobierno e inclusive de la ciudadanía debe estar dentro del marco constitucional para ser válida. Delimita la forma del Estado y garantiza los derechos ciudadanos (Buchanan y Tullock 1962; Holcombe 2016). 

A nivel político, las constituciones se vuelven importantes como limitantes al poder estatal. Una de las constituciones más antiguas es la del Reino Unido. Tiene la particularidad de no ser escrita como un solo documento. Los límites al poder de la monarquía se basan en tradiciones, leyes orgánicas y reformas específicas que determinan cómo funciona el país (Hayek 2017; Panebianco 2009). 

Sin embargo, la vasta mayoría de constituciones modernas son escritas. Existen dos modelos básicos: el de garantía y el de orientación. Las constituciones de garantía empiezan con la constitución estadounidense. Estos documentos son sumamente cortos, ya que solamente se limitan a plantear las formas y funciones de las ramas del Gobierno y los derechos individuales mínimos. Este tipo de constituciones existen en sistemas jurídicos de ley común (common law), también conocida como derecho natural (Hayek 2017; Panebianco 2009).

Por su parte, las constituciones de orientación son de tradición francesa. Van un paso más allá de las constituciones garantistas, ya que indican derechos y aspiraciones para los ciudadanos y la sociedad, aunque quizá sean inalcanzables. En vez de solo defender derechos básicos, buscan crear un sistema que mejore la sociedad. Así, crean leyes que proponen modernizar la sociedad, aunque esto pueda chocar con las costumbres de los ciudadanos que rigen dichas constituciones. Este tipo de constituciones existen en sistemas jurídicos de ley civil (Hayek 2017; Panebianco 2009). 

El diseño de una constitución es esencial. Si la política dentro y fuera del Estado debe respetar las reglas del juego entendidas como el Estado de derecho o imperio de la ley, las constituciones son las reglas para hacer reglas. Por ende, tener reglas constitucionales mal diseñadas lleva necesariamente a leyes normales ineficientes y potencialmente peligrosas. Solo un buen diseño garantiza un límite al poder estatal (Buchanan y Tullock 1962; Holcombe 2016). 

En este punto, debe aclararse el rol de la flexibilidad. Una buena constitución permite la reforma de políticas públicas de acuerdo con los vaivenes políticos y las necesidades emergentes. Sin embargo, debe limitar cómo se reforma el proceso de cambiar leyes. Por ejemplo, una buena constitución permite que un congreso modifique una ley de salud o de educación, pero impide que el congreso pase estas reformas con 25 % de los votos en vez de los generalmente aceptados «50 % más uno» o una mayoría calificada de dos tercios (Buchanan y Tullock 1962; Holcombe 2016).


Referencias

Buchanan, James M., y Gordon Tullock. 1962. The Calculus of Consent: Logical Foundations of Constitutional Democracy. Ann Arbor: University of Michigan Press.

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín. 

Holcombe, Randall G. 2016. Advanced Introduction to Public Choice. Cheltenham, Reino Unido: Edward Elgar Publishing Limited.

Panebianco, Angelo. 2009. «La ley». En El poder, el Estado, la libertad: La frágil constitución de la sociedad libre. España: Unión Editorial y Universidad Francisco Marroquín.

Pereira-Orozco, Alberto, y Marcelo Richter. 2011. Derecho constitucional. Guatemala: Ediciones de Pereira.

República. 2022. «Las 12 constituciones que han regido a Guatemala». Historia. Acceso el 15 de febrero del 2023. https://republica.gt/guatemala/las-doce-constituciones-que-han-regido-a-guatemala-202253110380.


La contrainsurgencia es el uso de elementos militares y no militares de un Estado para derrotar a una insurgencia en combate militar, en la política y en la mentalidad de las personas. Por su parte, una insurgencia es una rebelión armada, organizada para derrocar a un Gobierno que usa elementos de guerras irregulares y estrategias no militares como proselitismo y sobornos. Una insurgencia usa dos tipos de violencia: guerra de guerrillas contra las fuerzas militares y terrorismo contra los civiles. Considerando esto, el Estado busca que su contrainsurgencia derrote la guerrilla e impida el terrorismo (Guarnaccia 2021; MCoE 2018). 

La contrainsurgencia no es una acción militar exclusivamente. De hecho, su carácter político y civil es más importante. No solo se trata de derrotar militarmente a un grupo armado interno, sino de impedir que vuelva a surgir. Busca garantizar la legitimidad del Estado; es decir, que los actores políticos lo vean como un sistema válido dentro del cual se puede operar. Asimismo, busca obtener la simpatía de la población civil, algo que tiende a describirse como «ganarse los corazones y las mentes». Con estos elementos sociopolíticos, se busca desincentivar unirse a cualquier insurgencia futura (MCoE 2018; Plakoudas 2020). 

Una contrainsurgencia puede terminar de cuatro maneras: (1) victoria para el Estado, (2) victoria para la insurgencia, (3) acuerdos de paz o (4) estancamiento. Una victoria para el Estado implica la derrota del grupo guerrillero, así como el rechazo de la ciudadanía a buscar soluciones violentas de nuevo. Una victoria de la insurgencia implica el derrocamiento del Estado y su posible suplantación. Los acuerdos de paz son un fin de hostilidades negociado, donde la guerrilla acepta dos cosas: desmovilizarse militarmente y volverse un partido político más del sistema. A su vez, el Estado se compromete a reformarse para que no haya incentivos para futuras insurgencias. Finalmente, un estancamiento implica un empate. Ninguna de las dos partes gana definitivamente. Cada quien controla un área, con enfrentamientos ocasionales (MCoE 2018; Plakoudas 2020). 

Dentro de la ciencia militar, la contrainsurgencia es particularmente complicada. Existe fuera de la ley internacional que regula la guerra, ya que no es un enfrentamiento entre los dos ejércitos de dos países enemistados. Se trata de una lucha del Estado contra algunos de sus civiles levantados en armas. Es difícil distinguir al enemigo, ya que se pierde entre la población general. Además, la existencia de una insurgencia implica que los ciudadanos desconfían masivamente de su propio Estado. Recuperar esa confianza es complejo, sobre todo si se tiene apoyo de alguna fuerza extranjera que puede verse como un ejército de ocupación. En muchos sentidos, las contrainsurgencias son guerras eternas que no se ganan definitivamente. Por ende, muchos países practican la contrainsurgencia preventiva: quieren evitar que el descontento político normal degenere en una insurgencia (Guarnaccia 2021; MCoE 2018, O’Hanlon 2008; Plakoudas 2020). 

En el caso de Guatemala, la solución final a la contrainsurgencia fue la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, en el gobierno de Álvaro Arzú. Si bien el Ejército tuvo dos victorias militares casi definitivas, una a inicios de los setenta y otra a inicios de los ochenta, la insurgencia nunca dejó de existir. Los Acuerdos de Paz llevaron a que las guerrillas unificadas bajo la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG se volvieran un partido político formal. Así, obtuvieron representación en el Congreso, a través de las urnas. Los acuerdos también mandaban varias reformas constitucionales y la reducción del ejército. Las reformas iban orientadas a la justicia para las víctimas del enfrentamiento y al reconocimiento de las comunidades indígenas. La mayoría no fueron aprobadas en referéndum. Sin embargo, el Ejército sí fue reducido, lo que limitó su capacidad de reaccionar a dos amenazas nuevas: los cárteles del narcotráfico y las maras (Galicia 2015; PNUD 2010).


Referencias

Galicia, Néstor. 2015. «1999: Rechazo a reformas constitucionales». Prensa Libre, 15 de mayo del 2015. https://www.prensalibre.com/hemeroteca/1999-rechazo-a-reformas-constitucionales/.

Guarnaccia, Nicholas. 2021. «How to Dismantle the US Coercive Apparatus». TNI. Acceso el 11 de julio del 2023. https://www.tni.org/en/article/waging-counterinsurgency

MCoE. 2018. «Maneuver Self-Study Program». US Army. Acceso el 12 de julio del 2023. https://www.moore.army.mil/mssp/Counterinsurgency/

O’Hanlon, Michael. 2008. America’s History of Counterinsurgency. Estados Unidos: The Brookings Institution. 

Plakoudas, Spyridon. 2020. «How Insurgencies End: The Quest for Government Victory». Revista Científica General José María Córdova 17 (28): 923-938. 

PNUD. 2010. «Guatemala: Hacia un Estado para el desarrollo humano». PNUD Guatemala.


La cooperación social se trata de un fenómeno donde los individuos deciden trabajar en conjunto para conseguir fines que no pueden alcanzar por sí mismos. La idea parte de que la sociedad es un concepto abstracto que solo representa a un grupo de individuos. La sociedad, en su calidad de colectivo similar al Estado, no existe de manera independiente a las personas individuales. Solo los individuos son agentes; es decir, capaces de actuar y decidir, basándose en derechos y responsabilidades claras. La cooperación social se trata de muchas acciones conjuntas simultáneas que solo existen en la medida que los involucrados las realizan (Ayau Cordón 2006; Hayek 2017; Hazlitt 2012). 

La cooperación social es uno de los pilares del libre mercado, el cual se refiere a las transacciones voluntarias acordadas entre personas para beneficio mutuo. Las personas cooperan según sus intereses individuales, no siguiendo principios abstractos como el bien común, la familia o alguna otra idea colectiva. Perseguir metas personales todo el tiempo puede parecer egoísta a simple vista, pero es la naturaleza humana y es más beneficioso a largo plazo. Las personas cooperan cuando esto se alinea con sus intereses, lo cual no implica percibir una simple remuneración económica. Los individuos también buscan satisfacción personal, aprendizaje, prestigio, bienestar espiritual y buenas relaciones con otras personas (Ayau Cordón 2006; Hayek 2017; Hazlitt 2012). 

El Estado moderno, al tener un monopolio sobre la fuerza y ser capaz de imponer leyes, es capaz tanto de facilitar como de impedir la cooperación social. Una de las teorías en torno al surgimiento del Estado es la necesidad de tener instituciones impersonales que sean capaces de hacer valer los derechos individuales frente a ataques violentos. El problema, sin embargo, radica en cuánto poder debe tener el Estado para hacer valer los derechos de todos sin que sea capaz de abusar a los individuos también. Las constituciones surgen como instrumentos políticos para limitar el poder del Estado, garantizando este balance de poder (Dragos Aligica, Boettke y Tarko 2019; Ostrom 2000). 

Un Estado con una constitución bien diseñada no solo permite, sino que facilita la cooperación social. Sirve como garante de contratos privados que sirven como acuerdos legales que formalizan la cooperación entre individuos. Al abstenerse de regular demasiado, el Estado deja en manos individuales la gestión de varios asuntos, en especial a nivel local. Una constitución mal diseñada, sin embargo, puede inhibir la cooperación social. Mientras más regule el Estado, más obliga a los individuos a hacer cosas que no quieren. Obliga a las personas a realizar acciones que pueden ir en contra de sus intereses, generando desperdicio de recursos y malestar social. Además, puede arrinconar a las personas a actuar fuera de la ley en cuestiones tan simples como la contratación para un trabajo. La cooperación social como interacción libre y privada es clave para fomentar una sociedad libre y responsable (Dragos Aligica, Boettke y Tarko 2019; Ostrom 2000).


Referencias

Ayau Cordón, Manuel F. 2006. Un juego que no suma cero: La lógica del intercambio y los derechos de propiedad. Guatemala: CEES. 

Coase, Ronald. 1960. «The Problem of Social Cost». Journal of Law and Economics (3): 1-44. 

Dragos Aligica, Paul, Peter J. Boettke y Vlad Tarko. 2019. Public Governance and the Classical-Liberal Perspective: Political Economy Foundations. Reino Unido: Oxford University Press. 

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín. 

Hazlitt, Henry. 2012. Los fundamentos de la moral. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

Ostrom, Elinor. 2000. El Gobierno de los bienes comunes: La evolución de las instituciones de acción colectiva. México: UNAM.

d

En Guatemala, la década revolucionaria comprende los gobiernos entre 1944 y 1954, específicamente entre la Revolución de Octubre y la Contrarrevolución. Empieza con el derrocamiento de Federico Ponce Vaides, el sucesor de Jorge Ubico. Termina con el golpe de Estado de Castillo Armas contra Árbenz. El periodo tiene dos presidentes democráticamente electos: Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz (Martínez 2020; PNUD 2010; Vrana y Gibbings citados en ElFaro 2021). 

Los eventos en Guatemala siguen la tendencia internacional de la democratización. A mediados de los cuarenta, en plena Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos adquirió un compromiso global con la democracia, bajo la Doctrina Truman. El presidente estadounidense indicó que, en sintonía con su lucha armada contra la Alemania nazi y Japón, buscaría el fin de las dictaduras militares en el mundo. Guatemala se democratizó en este contexto (Martínez 2020; Vrana y Gibbings citados en ElFaro 2021). 

Esta década está marcada por varias reformas. A nivel político, se amplió el sufragio y hubo elecciones relativamente abiertas por primera vez. Arévalo fue el primer civil en ser electo presidente de Guatemala. Sin embargo, pese a la creencia popular, el Ejército no dejó de ser el actor político principal. La Revolución de Octubre, antes que una revolución política, fue un golpe de Estado entre facciones ideológicamente divergentes del Ejército. La facción progresista del Ejército reemplazó a la liberal-conservadora que fue dominante entre 1871 y 1944. Los progresistas fueron reemplazados por los anticomunistas en 1954 (PNUD 2010). 

Las reformas de la década revolucionaria son mayores en el ámbito económico y social. Suponen el surgimiento del Estado corporativista, un fenómeno común en Latinoamérica. Implica incluir los intereses laboristas en la legislación del país, pilar de los gobiernos de Betancourt en Venezuela o Perón en Argentina. Eso explica la redacción del Código de Trabajo guatemalteco, que regula el mercado laboral y les da ciertos privilegios a los trabajadores formales, y la fundación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, un seguro médico público-privado financiado por los trabajadores formales (Carey citado en ElFaro 2021; Handy citado en ElFaro 2021; PNUD 2010). 

En la década revolucionaria, los gobiernos de Arévalo y Árbenz fueron diferentes. Arévalo puede verse como un reformador que buscaba el beneficio de la población mediante la modernización. Pese a sus mejores intentos, muchos de sus programas no cambiaron la realidad del interior del país. Cuestiones como el trabajo forzado se mantuvieron de mano del control militar de los pueblos. Eso refuerza el argumento de que la Revolución de Octubre no fue una revolución: los cambios sociales fueron limitados. En política internacional, Arévalo se alineó con Betancourt de Venezuela para luchar contra el autoritarismo. Rechazaba las dictaduras comunistas y fascistas por igual, alineándose con la Doctrina Truman (Carey citado en ElFaro 2021; PNUD 2010). 

Árbenz es la radicalización de la revolución. Intentó «competir» con los monopolios de la United Fruit Company con la reforma agraria y la construcción de la carretera al Atlántico (PNUD 2010). Hay que recordar que esos monopolios existían porque el Estado guatemalteco los otorgó. Las medidas de Árbenz querían crear monopolios bajo su control, no un libre mercado. Estados Unidos, bajo el liderazgo de Eisenhower, vio a Árbenz como una amenaza a sus intereses geopolíticos en Centroamérica. Su cercanía con los comunistas justificó el golpe anticomunista de Castillo Armas.


Referencias

ElFaro. 2021. «La frágil primavera democrática de Guatemala». Académico: Política. Acceso el 1 de julio del 2023. https://elfaro.net/es/202105/ef_academico/0000025497-la-fragil-primavera-democratica-de-guatemala. 

Mack, Luis Fernando. 2018. «¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de anomia del Estado». Espacio Abierto 27 (1): 51-60. 

Martínez, Alejandra. 2020. «La primavera democrática de América Latina». Fundación Libertad y Desarrollo. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.fundacionlibertad.com/articulo/la-primavera-democratica-de-america-latina .

PNUD. 2010. Guatemala: hacia un Estado para el desarrollo humano. PNUD Guatemala.

Reina, Carmen. «La primavera democrática de Guatemala de octubre de 1944». Revolución. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.revolucion.org.es/la-primavera-democratica-de-guatemala-de-octubre-de-1944/.


La Doctrina de la Seguridad Nacional es la consagración de la seguridad de un Estado como el objetivo principal de la política. Es una política exterior de los Estados Unidos en Latinoamérica durante la Guerra Fría, que abogaba por mantener a toda costa el orden interno de los países. Es la manifestación regional de la lucha geopolítica global contra la Unión Soviética, pero dentro de cada país en contra de un enemigo interno patrocinado por la URSS o por Cuba (Leal Buitrago 2003). 

Consta de dos elementos principales: la necesidad del control militar de la política y la lucha contra enemigos internos disidentes. En Latinoamérica, los Estados eran bastante débiles. La única institución relativamente moderna y bien consolidada era el Ejército nacional. Estas organizaciones habían adoptado muchos elementos del militarismo prusiano y tenían conexiones políticas poderosas. A partir de 1950, Estados Unidos los consideró el aliado indispensable, por lo que fomentaron su control de la política interna (Leal Buitrago 2003). 

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos peleó con la Unión Soviética por el control de lugares geopolíticamente relevantes. El Caribe era uno de ellos. El triunfo de la Revolución cubana y la alianza de Castro con la URSS llevó al segundo elemento de la Doctrina de Seguridad Nacional: la lucha contra un enemigo interno. Mientras EE. UU. se encargaría de la lucha global, los ejércitos nacionales crearían una dictadura que eliminaría toda disidencia, pacífica o violenta, que pudiera tener vínculos con el comunismo internacional. Así, la lucha geopolítica se orientó a un enemigo interno (Leal Buitrago 2003). 

En la realidad, la Doctrina se manifestó de dos maneras. En primer lugar, se apoyaron a las dictaduras anticomunistas y se derrocaron a los gobiernos potencialmente peligrosos. Esto explica los golpes constantes, como el de Allende en Chile, para instalar dictadores militares afines. Como segundo punto, se usaron una serie de organismos internacionales para fomentar la cooperación multilateral de estos autoritarismos. Organismos como la Organización de Estados Americanos OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo BID sirvieron para coordinar esfuerzos políticos y repartir beneficios económicos en todo el continente (Leal Buitrago 2003; Memoria Chilena 2022). 

La promoción de la Doctrina es solo un capítulo de la intervención de los Estados Unidos en Latinoamérica. La gran potencia ha oscilado entre abogar por la democracia liberal en los países y fomentar dictaduras anticomunistas. En el siglo XIX, el presidente Monroe defendió la no intervención europea en el continente americano. Theodore Roosevelt amplió esto para justificar intervenciones estadounidenses directas en el Caribe. A inicios de la Guerra Fría, el presidente Truman creó la doctrina que lleva su apellido, con el objetivo de apoyar la democracia en todo el mundo. Fue la primera vez que EE. UU. actuó fuera del continente, mientras apoyaba la democratización en Latinoamérica también. La Doctrina de Seguridad Nacional empezó con Eisenhower ante el recrudecimiento de la Guerra Fría, eventualmente exacerbado por Vietnam y Cuba. Estados Unidos abandonó esta política bajo las administraciones de Reagan y Clinton, en los ochenta y noventa respectivamente, especialmente por el debilitamiento de la URSS y el alejamiento de los ejércitos latinoamericanos por la Guerra de las Malvinas en Argentina. Eventualmente, esta separación llevó a la democratización de toda Latinoamérica por presión extranjera (Araujo Quintero 2023; Departamento de Estado 2023a y 2023b; Dickovick e Eastwood 2016; Leal Buitrago 2003).


Referencias

Araujo Quintero, Luis Carlos. 2023. «El doble reto a la consolidación democrática latinoamericana». Centro para el Análisis de la Decisiones Públicas. Acceso el 24 de junio del 2023. https://cadep.ufm.edu/2023/05/el-doble-reto-a-la-consolidacion-democratica-latinoamericana/

Departamento de Estado. 2023a. «Roosevelt Corollary to the Monroe Doctrine, 1904». The Office of the Historian. Acceso el 24 de junio del 2023. https://history.state.gov/milestones/1899-1913/roosevelt-and-monroe-doctrine

Departamento de Estado. 2023b. «The Truman Doctrine, 1947». The Office of the Historian. Acceso el 24 de junio del 2023. https://history.state.gov/milestones/1945-1952/truman-doctrine

Dickovick, Tyler, y Jonathan Eastwood. 2016. Comparative Politics: Integrating Theories, Methods, and Cases. Reino Unido: Oxford University Press. 

Gwetzsman, Bernard. 1983. «US Lifts Embargo on Military Sales to Guatemalans». The New York Times. Acceso el 25 de junio del 2023. https://www.nytimes.com/1983/01/08/world/us-lifts-embargo-on-military-sales-to-guatemalans.html

Leal Buitrago, Francisco. 2003. «La Doctrina de Seguridad Nacional: Materialización de la Guerra Fría en América del Sur». Open Edition Journals Guerra II (15): 74-87. 

Memoria Chilena. 2022. «Doctrina de Seguridad Nacional». Biblioteca Nacional de Chile. Acceso el 24 de junio del 2023. http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94597.html.


La doctrina social de la Iglesia es la posición oficial del catolicismo respecto a la mayoría de asuntos sociales. Esta doctrina se desarrolla como una reacción a la rápida modernización de la sociedad. La industrialización llevó al surgimiento de sociedades modernas alejadas de patrones anteriores ligados al campo, más individualistas y tendentes a cambiar el mundo a través de ideologías y no con religiones (Giddens y Sutton 2017; Opus Dei 2022; Vaticano 2005). 

La respuesta de la Iglesia católica a la transformación social es la doctrina social: una enumeración de los puntos relevantes de esta organización en el contexto de la vida moderna. Parte de dos premisas básicas: el rechazo del socialismo como vida colectiva moral y la insuficiencia del liberalismo en un sentido comunitario. Aunque la doctrina reconoce a la persona como un ente con derechos dados por Dios, asegura que no es suficiente por sí misma. Entre los principios de la doctrina se encuentran el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia como base de la sociedad y primera Iglesia, el trabajo digno, la búsqueda del bien común, la solidaridad con toda la «familia humana» y la protección de las instituciones intermedias como límite al Estado (Giddens y Sutton 2017; Opus Dei 2022; Vaticano 2005).

Aunque sus orígenes datan del siglo XIX, la doctrina social de la Iglesia obtiene una forma unificada en el pontificado de Juan Pablo II. Este papa polaco pertenecía a la congregación católica de los salesianos. Dicha congregación nace en Italia de la mano de don Bosco, personaje que buscaba la edificación de una mejor sociedad, con la difusión de los principios católicos. Se basó en la veneración de María Auxiliadora, símbolo histórico del catolicismo en la lucha contra amenazas a la fe. Esta imagen fue invocada en las guerras contra los musulmanes en la Edad Media y contra Napoleón en el siglo XIX. Don Bosco lo tomó como un símbolo de resistencia contra un Estado italiano cada vez más centralizado durante el Resurgimiento (EWTN 2023; Vaticano 2005). 

En el papado del salesiano Juan Pablo II, la Iglesia católica adoptó una posición claramente anticomunista. Hay que recordar que la Iglesia no solo es una institución, sino también un Estado que participa en las relaciones internacionales. Así, el papa es un jefe de Estado con una política exterior como cualquier otro. Juan Pablo II abogaba por el ecumenismo; es decir, la reconciliación y diplomacia directa entre diferentes tipos de cristianos y hasta miembros de otras religiones. La idea era tener personas religiosas que lucharan contra el comunismo en todos los frentes. Apoyó a Solidaridad, un movimiento sindical polaco, en su lucha contra la ocupación soviética. En la Iglesia, mandó escribir el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, la colección más amplia de los principios sociales católicos. En gran medida, parte de la política externa de su pontificado fue difundir estas enseñanzas (Vaticano 2005). 

En Latinoamérica, el pontificado de Juan Pablo II impulsó a que los salesianos empezaran a multiplicarse en el contexto de la Guerra Fría. Mediante colegios e institutos, buscaban fomentar una ciudadanía responsable en el marco del catolicismo. Retomaron la imagen de María Auxiliadora como un símbolo de lucha contra el comunismo (Blandón 2018; EWTN 2023). 

En el caso de Guatemala, la doctrina social de la Iglesia y el activismo político de Juan Pablo II fueron bastante importantes. Les dio a los creyentes católicos los medios para quedarse en su Iglesia sin aceptar la teología de la liberación promovida por algunos jesuitas. Contribuyó a la lucha contra el comunismo en la educación. Además, el papa estuvo en momentos vitales como una figura de autoridad. Su visita en 1983 fue un intento de llamar la atención a Ríos Montt. Por otro lado, su visita en 1996 puede interpretarse como un apoyo a los Acuerdos de Paz (Soy502 2014).


Referencias

Blandón, Eduardo. 2018. «Los religiosos italianos en Guatemala. Los salesianos de don Bosco». La Hora, 25 de julio del 2018. 

EWTN. 2023. «María Auxiliadora: Historia de la devoción a María Auxiliadora en la Iglesia». Advocación Mariana. Acceso el 25 de junio del 2023, https://es.catholic.net/op/articulos/35021/cat/727/maria-auxiliadora.html#modal

Giddens, Anthony, y Philip W. Sutton. 2017. Sociology. Estados Unidos: Polity. 

Opus Dei. 2022. «¿Qué es la doctrina social de la Iglesia? ¿Cuáles son sus principios?». Textos Doctrinales. Acceso el 24 de junio del 2023. https://opusdei.org/es/article/que-es-doctrina-social-iglesia-preguntas-fe-cristiana/#id_1.

Soy502. 2014. «Los tres viajes de Juan Pablo II a Guatemala». Noticias Guatemala. Acceso el 25 de junio del 2023. https://www.soy502.com/articulo/los-3-viajes-de-juan-pablo-ii-guatemala

Vaticano. 2005. «Compendio de la doctrina social de la Iglesia». Pontificio Consejo Justicia y Paz. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html.

e

La Escuela de las Américas es una institución educativa militar de Estados Unidos que busca entrenar a las fuerzas militares latinoamericanas, según los intereses de política exterior estadounidense. Ha tenido varias refundaciones con diferentes nombres, pero es la misma escuela esencialmente. Es controversial entre la izquierda latinoamericana, pues se le acusa de entrenar a los dictadores militares responsables de abusos de derechos humanos. Sin embargo, Estados Unidos no tiene control sobre las acciones de las personas que alguna vez entrenó (Gill 2004; Nodo 50 2023). 

Fue fundada en Panamá en 1946. La idea original era desarrollar la capacidad de defensa de los países latinoamericanos frente a posibles ataques de potencias no americanas. En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba preocupado por las posibles operaciones de Japón en Latinoamérica en el futuro, ya que, pese a la derrota de la potencia naval asiática, no había garantías de que no intentara recuperar su imperio en el océano Pacífico (EcuRed 2023; Gill 2004). 

La escuela se transforma significativamente a raíz de la Revolución cubana y la intervención estadounidense en Vietnam, ambos en los sesenta. En el marco de una Guerra Fría cada vez más activa, la cooperación militar se enfocó en las capacidades contrainsurgentes de los países para contener guerrillas comunistas patrocinadas por Cuba y con estrategias similares a las del Viet Cong en Vietnam del Sur. Había un énfasis en la guerra psicológica para debilitar al enemigo sin atacarlo y se daban clases de tortura para extraer información, en las que se enseñaban las técnicas y la aplicación institucional limitada de esta herramienta. Se impartían también clases enfocadas en la lucha en terrenos tropicales, para adaptarse a las necesidades latinoamericanas (EcuRed 2023; Gill 2004; Nodo 50 2023). 

El periodo de la Guerra Fría es el que se denuncia habitualmente. La izquierda latinoamericana considera a la Escuela de las Américas como la formadora de dictadores. Esto, sin embargo, no es cierto. A los oficiales se les enseñaban técnicas militares potencialmente peligrosas, pero también se les indicaba que estaban limitadas por la jerarquía militar y la ley de sus países. Por ello resulta difícil responsabilizar a los Estados Unidos de los abusos que sus graduados cometieron en sus países de manera autoritaria. De hecho, Estados Unidos no apoyaba a muchos de estos dictadores. Por ejemplo, impuso un embargo de armas contra la Guatemala de Ríos Montt ante sus campañas militares e invadieron Panamá para arrestar a Noriega por cargos de narcotráfico. En Argentina, no apoyaron la invasión de las islas Malvinas por parte de la dictadura militar, apoyando al Reino Unido en su lugar (EcuRed 2023; Gill 2004; Nodo 50 2023; SOAW 2023). 

Los abusos de derechos humanos por parte de militares pueden entenderse como un problema agente-principal. En esencia, Estados Unidos tiene intereses como el principal: contener el comunismo en Latinoamérica, minimizando el daño a los civiles. Para lograrlo, debe delegar el problema en agentes locales en la forma de ejércitos nacionales. Estas instituciones y su liderazgo son autónomos y tienen intereses propios. Por ende, su decisión de cometer abusos responde a intereses del dictador de turno, aunque contravenga los intereses estadounidenses originales (CADEP 2021). 

Con el fin de la Guerra Fría, la Escuela de las Américas sufrió nuevas transformaciones. Se trasladó a Georgia, Estados Unidos, en 1984, por las controversias políticas y como antecedente para el regreso del canal de Panamá al gobierno panameño. Como parte de la nueva política exterior enfocada en la democracia liberal, se empezaron a impartir cursos de derechos humanos y de relaciones cívico-militares. Así, se enfatizó el elemento sociopolítico de la contrainsurgencia en países que estaban transitando de dictaduras militares a democracias liberales. Se buscaba renovar la imagen de la escuela, distanciándose de los abusos cometidos por algunos de sus graduados. Asimismo, la nueva guerra contra las drogas se volvió el nuevo enfoque de cooperación militar a nivel continental (EcuRed 2023; SOAW 2023).


Referencias

CADEP. 2021. «El problema agente-principal». Glosario. Acceso el 23 de julio del 2023. https://cadep.ufm.edu/concepto/el-problema-agente-principal/#:~:text=En%20econom%C3%ADa%20y%20ciencia%20pol%C3%ADtica,decisiones%20que%20conciernen%20a%20ambos

EcuRed. 2023. «Escuela de las Américas». EcuRed. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.ecured.cu/Escuela_de_las_Am%C3%A9ricas

Gill, Lesley. 2004. Escuela de las Américas: Entrenamiento militar, violencia política e impunidad en las Américas. Estados Unidos: American Encounters. 

Nodo 50. 2023. «La Escuela de las Américas». La Escuela de las Américas. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.nodo50.org/skankdifusion/articulos/soa.html

SOAW. 2023. «Apuntes de The School of the Americas». Memoria y resistencia: Close the School of the Americas. Acceso el 22 de julio del 2023. https://soaw.org/escuela-de-las-americas.


En su esencia más mínima, el Estado de derecho se define como la aplicación de la ley por igual a todos los ciudadanos, pese a las diferencias inherentes entre ellos. Parte del principio liberal de igualdad: no se trata de que todas las personas sean iguales en capacidades, mucho menos en resultados. El objetivo es que la ley sea ciega a la hora de aplicarse. La ley debe tener las mismas causas y consecuencias para el presidente como para el ciudadano común. En esencia, se resume como igualdad ante la ley (Hayek 2001 y 2017). 

Sin embargo, existe un debate interno respecto a la justicia de la ley como tal. Se desprende de dos tradiciones diferentes: el Rechtsstaat alemán contra el rule of law de tradición británica. La diferencia de estos conceptos, que en realidad son similares, se desprende esencialmente del tipo de derecho que existe en sus sistemas políticos (Negro 1995; Panebianco 2009). 

El Rechtsstaat se traduce como Estado de derecho y es aplicable en sistemas de derecho civil; es decir, aquellos donde se escribe legislación específica para regular la actividad política, económica y social. Aunque su origen es alemán, el Rechtsstaat es común en sistemas de tradición francesa civil (Negro 1995; Panebianco 2009; Troper 2001). 

Por su parte, el rule of law inglés existe en un sistema de common law, sobre todo en países con vínculos coloniales con Reino Unido. En español puede traducirse como imperio de ley. A diferencia del derecho civil, la ley contemplada es derecho natural basado en tradición, costumbre y jurisprudencia en cortes. Las leyes no se crean o diseñan, sino que se descubren al ser cuestiones universales, iguales para todas las sociedades (Negro 1995; Panebianco 2009; Vermeule 2016). 


Referencias

Hayek, Friedrich von. 2001. El ideal político del Estado de derecho. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín. 

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín. 

Negro, Dalmacio. 1995. «Liberalismo y Estado moderno». En La tradición liberal y el Estado. Madrid: Unión Editorial. 

Oppenheimer, Franz. 2014. El Estado: Su historia y evolución desde un punto de vista sociológico. España: Unión Editorial. 

Panebianco, Angelo. 2009. «La ley». En El poder, el Estado, la libertad: La frágil constitución de la sociedad libre. España: Unión Editorial y Universidad Francisco Marroquín. 

Troper, Michel. 2001. «Reflexiones en torno a la teoría kelseniana del Estado». En Por una teoría jurídica del Estado. España: Editorial Dikynson.  

Vermeule, Adrián. 2016. Law’s Abnegation: from Law’s Empire to the Administrative State. Reino Unido: Harvard University Press.


Un estado de sitio es un tipo de estado de excepción que tiene carácter militar. Su definición legal puede variar entre países, pero esencialmente implica declarar un estado de guerra. Se declara cuando existe una amenaza violenta lo suficientemente grande como para que el presidente justifique la suspensión temporal de los derechos individuales que la constitución del país defiende legalmente. El uso del estado de sitio es común en las guerras internas (Fix-Zamudio 2004; IUSLatin 2022; Universidad San Sebastián 2021). 

Los estados de excepción son mecanismos constitucionales antiguos. La «excepción» implica que se suspende el orden constitucional imperante en un sistema político, porque se necesita una acción rápida por parte del Ejecutivo para afrontar algo grave que amenaza el sistema y que la institucionalidad normal no puede manejar. Los nombres de los estados de excepción varían por país, pero responden a ciertos fenómenos. Por ejemplo, se puede declarar en caso de invasión extranjera, de desastres naturales o de alteraciones del orden público (Fix-Zamudio 2004; IUSLatin 2022; Universidad San Sebastián 2021). 

La suspensión de la constitución bajo un estado de excepción, especialmente de sitio, es temporal. Las constituciones que permiten excepciones tienen medidas para restringir su abuso. Por ejemplo, se puede exigir la aprobación del Congreso con alguna mayoría especial. Asimismo, se le puede dar a la corte suprema o constitucional el derecho de anular la declaración del Ejecutivo (Fix-Zamudio 2004; IUSLatin 2022; Universidad San Sebastián 2021). 

La idea de estado de excepción viene de la República romana de la Antigüedad. En este sistema político, el Senado normalmente escogía a dos cónsules que actuaban como un ejecutivo. Sin embargo, en el caso de alguna emergencia militar, como una invasión o insurrección, el Senado podía escoger a un dictador entre los cónsules. Este dictador tenía poder absoluto para resolver la crisis específica, pero solo durante seis meses. Si bien funcionó por siglos, algunos dictadores, como Julio César, buscaron quedarse en el poder permanentemente. El abuso de esta excepción al orden constitucional romano llevó eventualmente al colapso de la república y el surgimiento del imperio. En esta nueva etapa, el poder político estaba en manos de una sola persona, dejando al Senado como un órgano ceremonial con pocos poderes efectivos (Constitutional Rights Foundation 2023; Fix-Zamudio 2004; Oakshott 2012). 

El peligro de los estados de excepción hace que las personas que diseñan las constituciones busquen limitarlos a toda costa, ya que no hay garantía de que quien suspende los derechos individuales los restaure eventualmente. Por ejemplo, los padres fundadores de los Estados Unidos crearon una constitución con frenos y contrapesos, para evitar que cualquiera de las ramas del gobierno se volviera demasiado poderosa. Sin embargo, un buen diseño constitucional funciona cuando los líderes políticos lo respetan. Por ejemplo, George Washington tuvo poder absoluto durante la guerra de independencia estadounidense, pero renunció a él cuando terminó el conflicto. Esto es aún más peligroso cuando el líder que suspende los derechos tiene poder militar para coaccionar a la ciudadanía (Constitutional Rights Foundation 2023; Wenzel y Araujo Quintero 2023). 

En el caso de Guatemala, el estado de sitio se declaró para luchar contra la insurgencia a principios de los setenta. Puede decirse que esto era necesario para contener la violencia que se estaba saliendo de control. Sin embargo, eso también implicó persecución política y el debilitamiento de las instituciones de la república. Las instituciones formales se mantuvieron, pero la competencia política y la alternancia libre y pacífica en el poder estaban coartadas.


Referencias

Constitutional Rights Foundation. 2023. «BRIA 8 4 b Democracy and Dictatorship in Ancient Rome». The Ancient World. https://www.crf-usa.org/bill-of-rights-in-action/bria-8-4-b-democracy-and-dictatorship-in-ancient-rome

Fix-Zamudio, Héctor. 2004. «Los estados de excepción y la defensa de la constitución». Boletín Mexicano de Derecho Comparado 37 (111): 801-160. 

IUSLatin. 2022. «Diferencias entre estado de emergencia y estado de sitio». Revista Latinoamericana de Derecho. Acceso el 15 de julio del 2023. https://iuslatin.pe/diferencias-entre-estado-de-emergencia-y-estado-de-sitio%EF%BF%BC/

Oakeshott, Michael. 2012. Lecciones de historia del pensamiento político. España: Unión Editorial.

Universidad San Sebastián. 2021. «Estados de excepción: ¿Cuántos hay y qué los diferencia?». Relaciones Internacionales. Acceso el 14 de julio del 2023. https://www.uss.cl/noticias/estados-excepcion-diferencia/

Wenzel, Nikolai G., y Luis Carlos Araujo Quintero. 2023. «Standing in Awe of George Washington, American Cincinnatus». American Institute for Economic Research. Acceso el 14 de julio del 2023. https://www.aier.org/article/standing-in-awe-of-george-washington-american-cincinnatus


En teoría militar, estrategia es el nivel más alto de planificación. Implica definir los objetivos de política pública a nivel del Estado, en cuanto al uso de la fuerza militar. Además, se debe justificar teóricamente como medio para conseguir dichos objetivos. Una buena estrategia aspira a eliminar el desorden natural de la guerra. En otras palabras, implica planificar para asegurar la victoria, anticipándose a una serie de escenarios posibles. Para planificar correctamente, se deben tomar en cuenta las capacidades del enemigo, las capacidades propias y el espacio de operación (English y Turcic 2023; Sun 2016). 

La estrategia es el nivel más alto de tres niveles de planificación militar. Es el más abstracto también. Los otros dos niveles son operaciones y tácticas. Siendo el nivel intermedio, la operación es la acción general que se toma para alcanzar la estrategia. Es el uso de los medios militares para conseguir la política pública delineada en la estrategia. Por su parte, la táctica es el nivel más bajo. Son las acciones individuales que se toman dentro de una operación determinada. Las operaciones dependen de la estrategia, mientras que las tácticas dependen de ambas. Por ende, es importante tener una estrategia clara y plausible (English y Turcic 2023; Sun 2016). 

Generalmente, las estrategias se clasifican como ofensivas o defensivas. La posición respecto al enemigo es clave para determinar qué estrategia escoger. Una estrategia ofensiva implica atacar al enemigo, siempre y cuando se esté en una posición de ventaja respecto a él. Algunos ejemplos son invadir un país o sitiar una ciudad. Por el contrario, la estrategia defensiva busca contener los ataques del enemigo para evitar que consiga sus objetivos. Un ejército está a la defensiva cuando está en desventaja. Algunos ejemplos incluyen fortificar las posiciones o replegarse. Es importante definir bien la posición respecto al enemigo; atacar al estar en una posición de desventaja podría implicar el fracaso militar (English y Turcic 2023). 

El politólogo Bowdish clasifica las estrategias en cinco tipos, basándose en el objetivo del Estado agresor: (1) exterminación, (2) desgaste, (3) aniquilación, (4) intimidación y (5) subversión. La exterminación implica cometer un genocidio contra el enemigo; es decir, no solo destruir el ejército, sino el país entero. El desgaste aspira a debilitar las capacidades del enemigo antes de que pueda atacar para reducir sus probabilidades de éxito. La aniquilación implica confundir al enemigo al punto de que ya no pueda tomar decisiones. Tiene un elemento psicológico: hacerle creer que va a perder. La intimidación es equivalente a la disuasión, mientras que la subversión implica atacar la economía y la política del enemigo para sabotear su estrategia. Estos cinco tipos de estrategia pueden tener carácter defensivo u ofensivo, dependiendo de la posición respecto al enemigo. Finalmente, otro tipo de estrategia, la de maniobra, se basa en la velocidad para inhibir los ataques enemigos con poca violencia directa. Esta es una opción común en tiempos modernos, ya que no se mata al enemigo, se le inhabilita (Clemons y Santamaría 2022; English y Turcic 2023). 

Todo lo expuesto sobre la estrategia presupone una guerra convencional; es decir, entre dos ejércitos formales de dos Estados diferentes. Definir una estrategia para luchar contra un actor no estatal, como una insurgencia, es mucho más complicado, pues implica agregar elementos sociales y civiles a las consideraciones militares. Sin embargo, en estos casos la planificación sigue siendo clave para conseguir victorias (Stahl 2013; Storr 2023).

Usaremos el enfrentamiento armado interno para ejemplificar la importancia de la estrategia. Al ser una guerra no convencional, aplicar los conceptos es más difícil, pero posible. En el marco de la Guerra Fría, la estrategia del Ejército de Guatemala es ofensiva: busca someter a los movimientos insurgentes comunistas, pues es un país comprometido con el anticomunismo. Al tener una ventaja sobre las guerrillas en cuanto a tecnología, apoyo internacional y apoyo popular, atacar al enemigo guerrillero es vital. Para eso, las operaciones implican ataques a los centros de operación de la guerrilla en el interior. Como tácticas, se produce la intervención de sus telecomunicaciones, para ubicar a los guerrilleros y el uso de kaibiles para ataques rápidos contra el liderazgo insurgente. 


Referencias

Clemons, Eric K., y Jason A. Santamaría. 2022. «Maneuver Warfare: Can Modern Military Strategy Lead You to Victory?». Harvard Business Review. Acceso el 11 de julio del 2023. https://hbr.org/2002/04/maneuver-warfare-can-modern-military-strategy-lead-you-to-victory.

English, Daniela, y John Turcic. 2023. «Military Strategy and Military Tactics». Study.com. Acceso el 12 de julio del 2023. https://study.com/learn/lesson/military-strategy-tactics-overview-history-examples.html

Stahl, A. E. 2013. «An Introduction to War and Strategy: Back to Basics». Military Strategy Magazine. Acceso el 11 de julio del 2023. https://www.militarystrategymagazine.com/article/an-introduction-to-war-and-strategy-back-to-basics/

Storr, Jim. 2023. «Warfare and Strategy». Military Strategy Magazine 4 (2): 4-8. 

Sun, Tzu. 2016. El arte de la guerra. Independent Publishing Platform. 

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El feudalismo es un sistema político, económico y social basado en la tenencia de la tierra y el trabajo de la misma. Existió durante la Edad Media en Europa, tras el colapso del Imperio carolingio. En este sistema, la nobleza es el estamento, o grupo social, que posee la tierra como propiedad. Para poder hacerla productiva, los nobles necesitan mano de obra agrícola. Por su parte, el pueblo llano, en esencia el campesinado, busca alimento, vivienda y protección. Ante esta situación, los campesinos juran lealtad a un noble para que les proteja y les deje trabajar su tierra. De esta manera, los campesinos se vuelven vasallos y el noble puede volver sus tierras productivas (Brown 2023; Wheeler 2018). 

En este sistema, no existen países o Estados como los modernos. Las entidades políticas son una compleja red de vasallaje descentralizado y un noble puede ser vasallo de otros nobles. Las guerras de conquista entre nobles eran comunes también. Con el tiempo, una familia obtenía suficientes tierras y vasallos para empezar a crear las monarquías absolutas que dominarían Europa en la época moderna. Aunado a la descentralización política propia del feudalismo, la religión, específicamente el catolicismo, era importante como garante de legitimidad del sistema. En esencia, los nobles se encargaban de los asuntos terrenales, mientras que la Iglesia administraba los asuntos de la fe. Eran dos tipos de autoridad diferentes que convergían para hacer del sistema relativamente estable (Brown 2023; Oakshott 2012; Wheeler 2018). 

De cierta manera, el feudalismo parte de un intercambio privado entre dos partes con intereses compartidos. Sin embargo, no hay que confundir esto con contratos privados en el marco de un libre mercado. El vasallaje era una institución vitalicia e inflexible. Los vasallos tenían limitaciones para moverse y para comprar libremente. En este contexto, los burgueses, es decir quienes vivían en las ciudades y tenían profesiones ajenas al campo, serían la semilla de un sistema económico nuevo: el capitalismo (Brown 2023; Wheeler 2018). 

Europa dejó de ser feudal en la medida en que la economía se volvió más libre e industrializada. Con la Revolución Industrial, la tenencia de la tierra ya no era un requisito para la riqueza. Fue un largo proceso de desarrollo paulatino. En este contexto, el socialismo científico de Marx clasifica al feudalismo y al capitalismo como dos sistemas diseñados por clases dominantes. Asimismo, considera que el feudalismo es la etapa anterior e indispensable para el surgimiento del capitalismo. Este análisis no se corresponde con la realidad, ya que ambos sistemas económicos surgen espontáneamente y el capitalismo contradice al feudalismo a lo largo de los siglos (Cole 1957; Wheeler 2018). 

El feudalismo se vuelve importante en el discurso marxista, con el triunfo de la Revolución rusa. Marx predijo que la revolución proletaria se daría en los sistemas más capitalistas e industrializados y de manera espontánea. Sin embargo, la primera revolución comunista exitosa se dio en un país eminentemente agrario: Rusia. Aunque no se puede clasificar como feudal puro, porque había una monarquía absolutista y centralizada, los ideólogos del comunismo argumentaron que la naturaleza feudal de Rusia se debe a su rol periférico en el capitalismo mundial: proveía las materias primas necesarias a las industrias europeas. Por ende, era válido que el supuesto feudalismo ruso perteneciera al capitalismo global. La revolución podía empezar ahí porque era un asunto mundial (Brown 2023; Lenin citado en Guevara 2006; Cole 1957). 

Esta argumentación se volvió especialmente importante con la expansión global del comunismo. La mayoría de países en la época eran agrarios. Por ende, los comunistas los clasificaban como sistemas feudales pertenecientes al capitalismo internacional que estaban predispuestos a la revolución. Este fue el motor de las revoluciones en Asia y Latinoamérica. Sin embargo, esta clasificación resulta errónea. El feudalismo es un sistema particular de Europa que solo tiene equivalente en los sogunatos de Japón. Ser una sociedad agraria no es sinónimo de ser una sociedad feudal. Pese a esta realidad, el discurso marxista logró convencer a muchos de la necesidad de destruir falsas sociedades feudales (Brown 2023; Cole 1957; Wheeler 2018).


Referencias

Brown, Elizabeth. 2023. «Feudalism». Encyclopaedia Britannica. Acceso el 8 de julio del 2023. https://www.britannica.com/topic/feudalism.

Cole, George Douglass Howard. 1957. Historia del pensamiento socialista. México: FCE.

Guevara, Ernesto. 2006. La guerra de guerrillas. Estados Unidos: Che Guevara Publishing Project.

Lumen. 2023. «Feudalism». Western Civilization. Acceso el 8 de julio del 2023. https://courses.lumenlearning.com/atd-herkimer-westerncivilization/chapter/feudalism/#:~:text=Feudalism%20was%20a%20set%20of,exchange%20for%20service%20or%20labour.

Oakshott, Michael. 2012. Lecciones de historia del pensamiento político. España: Unión Editorial. 

Wheeler, Kip. 2018. «Feudalism», Medieval History. Acceso el 9 de julio del 2023, https://web.cn.edu/kwheeler/feudalism.html.


El foquismo es una variante del marxismo que nace en el seno de la Revolución cubana de mano de Ernesto «el Che» Guevara. Su premisa principal era expandir la revolución proletaria mediante el uso de guerrillas que desestabilizaran a los países. En vez de esperar la revolución espontánea del proletariado, como predice el socialismo científico de Marx, algo llamado condiciones objetivas de revolución, el foquismo proponía crear condiciones subjetivas de revolución. Eso implicaba fabricar discursos políticos e incentivar el uso de la violencia para precipitar revoluciones, incluso en países donde el proletariado era pequeño o inexistente (Annandale Sinclair 2023; Guevara 2006). 

El foquismo, al volverse común en la década de los sesenta y los setenta, fue una variante tardía del marxismo. Sin embargo, ve la necesidad de una vanguardia que guíe y provoque la revolución. Esta idea de vanguardia es la mayor innovación de Lenin al marxismo. A diferencia de Lenin, el Che cree que la vanguardia no es un partido, sino una guerrilla (Guevara 2006; Gutiérrez Martínez 2018). 

El foquismo es bastante cercano al trotskismo debido a su internacionalismo. Ambas doctrinas ven la revolución proletaria en busca del socialismo como un asunto mundial. Los países comunistas deben incentivar la revolución en otros países para destruir el capitalismo mundial. Sin embargo, Trotsky abogaba por revoluciones lideradas por partidos proletarios en países industrializados. El Che abogaba por guerrillas en todas partes que precipitaran revoluciones. En parte, tomaba las ideas de Lenin y de la pensadora comunista Rosa de Luxemburgo, que afirmaban que el capitalismo era un fenómeno mundial donde los países agrarios eran más oprimidos que el proletariado de los países desarrollados (Guevara 2006; Gutiérrez Martínez 2018). 

Guevara creía en la revolución campesina, algo que es similar al protagonismo de esta clase social en el maoísmo, variante china del marxismo. Afirmaba que los campesinos podrían ser el grupo que liderara la revolución en ausencia de un proletariado industrial. Esto es particularmente relevante en países agrarios como los latinoamericanos en la década de los sesenta. La guerrilla era el vehículo político para esta clase, razón por la que había que apoyar focos guerrilleros en todo el mundo (Guevara 2006; Gutiérrez Martínez 2018).  

El foquismo fue vital para la política exterior cubana. En los sesenta, los comunistas cubanos fueron bastante activos. Bajo el liderazgo de Guevara, intentaron activar focos guerrilleros en la Cuenca del Caribe, incluyendo Guatemala, Panamá y Venezuela. Sin embargo, conforme Fidel Castro concentró el poder para crear la dictadura comunista en la isla, el foquismo fue modificado. La Crisis de los Misiles permitió a Castro purgar a facciones comunistas que no controlaba. Así, se marginó al Che del poder, por lo que ya no se intentó crear focos guerrilleros nuevos (Acosta de Arriba 2017; Grass 2019).

En su lugar, Cuba adoptó un foquismo intervencionista: apoyaron a guerrillas existentes que ya habían ganado sus guerras. En vez de provocar nuevos focos, apoyaron a guerrillas ganadoras para afianzarlas en el poder. Además, pelearon para avanzar los intereses geopolíticos de la Unión Soviética (Acosta de Arriba 2017; Grass 2019). 

Las intervenciones cubanas en Latinoamérica decayeron porque las dictaduras anticomunistas, apoyadas por Estados Unidos, se afianzaron fuertemente al poder. Con la caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría, Cuba abandonó el foquismo definitivamente. En su lugar, aprovechó la democratización en Latinoamérica para llevar a partidos socialistas al poder. Con suficientes aliados, buscó crear instituciones internacionales paralelas a las estadounidenses. Ante el abandono del foquismo bélico, Cuba se volvió la patrocinadora externa del socialismo del siglo XXI (Grass 2019; Werner 2019). 


Referencias

Acosta de Arriba, Rafael. 2017. «El final del trotskismo organizado en Cuba». En Las izquierdas latinoamericanas, 299-320. Santiago: Ariadna.

Annandale Sinclair, Andrew. «Che Guevara: Argentine-Cuban Revolutionary». Encyclopaedia Britannica. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.britannica.com/biography/Che-Guevara#ref324360. 

Grass, Kacper. 2019. «The Historical Legacy and Current Implications of Cuban Military Internationalism». Grupo de Estudios de Seguridad Internacional. ISSN: 2340-8421.

Guevara, Ernesto. 2006. La guerra de guerrillas. Estados Unidos: Che Guevara Publishing Project. 

Gutiérrez Martínez, Marco Antonio. 2018. «Che Guevara: el foquismo y la guerrilla». Ponencia presentada en el V Coloquio de Historia Bélica Universal. México: Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Werner, Michael. 2019. «Marxism: Latin America». Cengage. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.encyclopedia.com/history/dictionaries-thesauruses-pictures-and-press-releases/marxism-latin-america. 


A grandes rasgos, un fraude electoral es la intervención ilegal en las elecciones, con el objetivo de cambiar los resultados. Hay muchos tipos de fraudes posibles: cambiar los resultados tras el recuento, robarle votos a candidatos de oposición, fabricar votos para candidatos oficialistas, suplantar la identidad de votantes, robo de votos, compra de votos, destrucción de votos, eliminación de candidatos, entre otros (Ballotpedia 2023; POLYAS 2023; UIA 2023). 

Para una definición más general y científica, debe definirse fraude como la manipulación de elecciones que deberían ser libres y competitivas, para obtener resultados falsos, pero deseados por un grupo específico que no podría conseguirlos de otra manera. Es atentar contra la esencia de las elecciones democráticas: convertir el voto efectivo emitido libremente en una cuota de poder formal (Fernández Luiña y Trujillo 2015). 

En este momento, debe resaltarse que no todo es fraude. Toda elección puede presentar irregularidades, pero eso no implica que los resultados de la elección no sean válidos en general. Por ejemplo, un incendio en una mesa de votaciones elimina votos, pero no cambia necesariamente el resultado de la elección. La tendencia general se mantiene. Aunque las irregularidades son claramente inmorales y problemáticas, solo se convierten en fraude cuando los resultados se manipulan a propósito y con un fin sesgado. 

Como punto final, debe hablarse sobre fraude electoral como arma política. Aunque un sistema electoral sí garantice elecciones libres y competitivas, ciertos grupos perdedores pueden alegar fraude para deslegitimar el sistema. Hay incentivos para hacer esto: radicalizar a la base electoral o llevar a cabo acciones judiciales, buscando cuotas de poder. Estas estrategias también pueden ser válidas en sistemas semidemocráticos. Así, el fraude no es algo legal, sino en esencia político (Araujo Quintero 2022). 


Referencias

Araujo Quintero, Luis Carlos. 2021. «Cuando los frenos amenazan las instituciones: las elecciones estadounidenses de 2020-2021». Centro para el Análisis de las Decisiones Públicas. Acceso el 19 de abril del 2023. https://cadep.ufm.edu/2021/02/elecciones-estadounidenses/.

— 2022. «¿Entre la declaración de guerra civil o la impugnación de los resultados en la Corte Suprema?: elecciones en Kenia y Angola». Centro para el Análisis de las Decisiones Públicas. Acceso el 19 de abril del 2023. https://cadep.ufm.edu/2022/09/elecciones-kenia-angola/.

Ballotpedia. 2023. «Electoral Fraud». Election Policy. Acceso el 19 de abril del 2023. https://ballotpedia.org/Electoral_fraud.

Fernández Luiña, Eduardo, y Pedro Trujillo. 2015. «Partidos políticos y competición electoral. Cuando la ciencia política confronta el derecho». Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas 14 (1): 129-146.

Gallagher, Michael, y Paul Mitchell, eds. 2005. The Politics of Electoral Systems. Oxford: Oxford University Press. 

Lijphart, Arend. 1990. «Las consecuencias políticas de las leyes electorales 1945-1985». American Political Science Review 84 (2): 109-134. 

Mainwaring, Scott, y Frances Hagopian. 2005. The Third Way of Democratization in Latin America: Advances and Setbacks. Nueva York: Cambridge University Press. 

Norris, Pipa. 1997. «Choosing Electoral Systems: Proportional, Majoritarian and Mixed Systems». International Political Science Review 18 (3): 297-312. 

POLYAS. 2023. «Election Fraud», POLYAS Election Glossary. Acceso el 19 de abril del 2023. https://www.polyas.com/election-glossary/election-fraud.

UIA. 2023. «Electoral Fraud». The Encyclopedia of World Problems & Human Potential. Acceso el 19 de abril del 2023. http://encyclopedia.uia.org/en/problem/electoral-fraud.

g

Según la Convención sobre el Genocidio en el marco del derecho internacional perteneciente a las Naciones Unidas, un genocidio es 

any of the following acts committed with intent to destroy, in whole or in part, a national, ethnical, racial or religious group, as such: a. Killing members of the group; b. Causing serious bodily or mental harm to members of the group; c. Deliberately inflicting on the group conditions of life calculated to bring about its physical destruction in whole or in part; d. Imposing measures intended to prevent births within the group; E. Forcibly transferring children of the group to another group. (UN 2023b, párr 4)

Es importante poner la definición en inglés, ya que es la válida a nivel internacional. Pese a que el término se use con cierta laxitud a nivel político, en realidad la definición legal es precisa. 

Un genocidio tiene dos elementos específicos: el daño y la intencionalidad. El daño es exclusivamente lo que enumera la convención. La intencionalidad se refiere a si el acusado en realidad buscaba hacer el daño que hizo con el fin de cometer el genocidio. A nivel legal, esto es muy difícil de definir. Además, este delito es exclusivo para cuestiones de nacionalidad, etnia, raza y religión. La persecución contra otro tipo de grupos no puede considerarse técnicamente como un genocidio, aunque haya persecución clara e intencionada (UN 2023b; USHMM 2023).

El genocidio es parte de un grupo de tres crímenes internacionales que se vuelven relevantes después de la Segunda Guerra Mundial. El derecho internacional empieza a reconocer el genocidio, los crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra como acciones prohibidas expresamente y punibles por ley. Esto ha sido aceptado por tantos países que se toma como válido en todo el mundo, sin importar la firma o vigencia del tratado dentro de cada país específico. Sin embargo, los tres crímenes son difíciles de separar entre sí (UN 2023a; 2023b; 2023c). 

Un crimen contra la humanidad es un ataque sistemático o generalizado contra una población civil, con motivo específico o sin él. Estos se juzgan en la Corte Penal Internacional, instancia especializada que preside los casos de estos delitos. Por su parte, los crímenes de guerra son la comisión de crímenes contra los derechos individuales de los civiles en tiempos de guerra, así como la violación de las reglas específicas de la guerra. El requisito indispensable es que se dé en el marco de una guerra. Ante esto, es fácil asumir que un genocidio o un crimen de guerra son crímenes contra la humanidad. De hecho, pueden darse simultáneamente (UN 2023a; 2023c). 

Esta confusión respecto a los crímenes internacionales hace que el genocidio pueda usarse como un arma política. El genocidio es un tema polarizador y controversial. A nivel interno, reconocer un genocidio tiene costos altos: conflictividad entre detractores y simpatizantes, y un desprestigio a la legitimidad del Estado. No reconocerlo, sin embargo, puede acarrear altos costos diplomáticos como el aislamiento, las denuncias internacionales de las potencias y la tensión con los países vecinos (Jahn 2015).


Referencias

CJA. 2023. «El caso de genocidio en Guatemala». The Center for Justice and Accountability. Acceso el 24 de junio del 2023. https://cja.org/espanol-9/casos-3/el-caso-de-genocidio-en-guatemala/el-caso-de-genocidio-en-guatemala-2/

Freeman, William. 2023. «The Guatemalan Counterinsurgency Never Ended: How Elites with a Cold War Mindset Threaten the Country’s Democracy». Foreign Affairs and Council on Foreign Relations. Acceso el 24 de junio del 2023. https://acortar.link/HrVe1i

Hemeroteca. 2018. «Efraín Ríos Montt es condenado por genocidio en el 2013». Prensa Libre, 1 de abril del 2018. 

Jahn, Egbert. 2015. «Commemoration of Genocide as a Contemporary Political Weapon: The Example of the Ottoman Genocide of the Armenians». En International Politics. Political Issues Under Debate. Volumen 1, 219-235. Estados Unidos: Springer.

Menchu, Sofia, y Frank Jack Daniel. 2019. «ENFOQUE-Amnistía en Guatemala liberaría a criminales de guerra y soldados que tuvieron esclavas sexuales». Reuters. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.reuters.com/article/guatemala-amnistia-idLTAKCN1R900V

  1. 2023a. «Crimes Against Humanity». Office on Genocide Prevention and Responsibility to Protect. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.un.org/en/genocideprevention/crimes-against-humanity.shtml
  2. 2023b. «Genocide». Office on Genocide Prevention and Responsibility to Protect. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.un.org/en/genocideprevention/genocide.shtml
  3. 2023c. «War Crimes». Office on Genocide Prevention and Responsibility to Protect. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.un.org/en/genocideprevention/war-crimes.shtml

USHMM. 2023. «What is Genocide?». United States Holocaust Memorial Museum. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.ushmm.org/genocide-prevention/learn-about-genocide-and-other-mass-atrocities/what-is-genocide.


En el estudio de las revoluciones, un golpe de Estado se define como una ruptura del propio Estado, debido a la lucha de dos o más facciones internas. En esencia, instituciones independientes, como el Ejército o las ramas del Gobierno, luchan entre sí para lograr un cambio estatal interno. Puesto de otra manera, la élite gobernante se rompe y las facciones compiten entre sí por reestructurar el poder entre ellos. Por élite se entiende un grupo que naturalmente tiene poder efectivo sobre el resto por alguna razón, sin que esto implique una explotación artificial. Una élite gobernante es aquella que ostenta poder formal en el Estado y los grupos de interés relacionados con poder informal (Bartelson 1997; Bueno de Mesquita y Smith 2022; Malaparte 1931; Meza 2002). 

Debe resaltarse que un golpe de Estado no es sinónimo de revolución. Una revolución implica una élite externa al Estado que toma la institucionalidad del mismo por la fuerza. La mayoría de revoluciones políticas, como la francesa o la rusa, tienen golpes de Estado. Sin embargo, la mayoría de golpes de Estado no llevan a revoluciones, entendidas como grandes cambios políticos, sociales y económicos derivados de un nuevo régimen establecido forzosamente. Una revolución es una transformación del Estado en sí mismo y sus respectivos efectos en la sociedad y la economía (Skocpol 1974; Young y Leszczynski 2021). 

Un actor esencial en un golpe de Estado es el aparato de seguridad del mismo. Para que un golpe de Estado sea exitoso, el golpista debe lograr dividir al Ejército, al cuerpo de Policía o a cualquier otra entidad del Estado poseedora de las armas con las que se tiene el monopolio legítimo de la fuerza. Sin esto, ninguna facción puede reestructurar a la élite gobernante (Araujo Quintero 2022; Bartelson 1997; Bueno de Mesquita y Smith 2022; Luttwack 1979; Malaparte 1931). 

Otro elemento esencial de un golpe de Estado es su rapidez y carácter quirúrgico. A diferencia de las revoluciones que son procesos a largo plazo que llevan a transformaciones profundas, un golpe de Estado debe ser rápido. Debe ser un ataque certero y triunfar en poco tiempo. Algunos dicen que en menos de un día, para que se consolide el golpe. Si se tarda demasiado, les permite a las otras instituciones reorganizarse y defenderse (Bartelson 1997; Bueno de Mesquita y Smith 2022; Luttwack 1979; Malaparte 1931). 


Referencias

Araujo Quintero, Luis Carlos. 2022. «Entre la rebelión y la revolución: las protestas en Irán en 2022». Centro para el Análisis de las Decisiones Públicas. Acceso el 15 de abril del 2023. https://cadep.ufm.edu/2022/11/protestas-iran-2022/.

Bartelson, Jens. 1997. «Making Exceptions: Some Remarks on the Concept of Coup d'état and Its History». Political Theory 25 (3): 323-346. 

Bueno de Mesquita, Bruce, y Alastair Smith. 2022. El manual del dictador: Por qué la mala conducta es casi siempre buena política. España: Siruela. 

Dickovick, Tyler, y Jonathan Eastwood. 2016. Comparative Politics: Integrating Theories, Methods, and Cases. Reino Unido: Oxford University Press.

Luttwak, Edward. 1979. Coup d'État: A Practical Handbook. Estados Unidos: Harvard University Press. 

Malaparte, Curzio. 1931. Technique du coup d'etat. París: Bernard Grasset. 

Meza, Rosendo Bolívar. 2002. La teoría de las élites en Pareto, Mosca y Michels. México: Instituto Politécnico Nacional. 

Skocpol, Theda. 1979. States and Social Revolutions. Cambridge: Cambridge University Press. 

Young, Gregory, y Mateusz Leszczynski. 2021. Revolutions: Theorists, Theory and Practice. Estados Unidos: Pressbooks. 


Una guerra de guerrillas es un conflicto armado irregular que usa tácticas de guerra no tradicionales para luchar contra un ejército estatal, formal e institucionalizado. Por ende, una guerra de guerrillas es una guerra asimétrica por definición: no se trata de un conflicto entre dos partes similares, sino de una fuerza pequeña y con pocos recursos contra otra que es grande y está bien financiada. Generalmente, recurre a la violencia esporádica e indirecta que involucra, en gran medida, a la población civil. Los atentados son una estrategia común de las guerrillas (Asprey 2023; BPB y BICC 2023; Fabian 2021; Pevehouse y Goldstein 2017). 

En el estudio de la guerra, existe la guerra tradicional y la no tradicional. Una guerra tradicional es aquella que se da entre los ejércitos formales e institucionales de dos o más Estados. Tiende a ser una guerra internacional que se declara formalmente por parte de la autoridad estatal (BPB y BICC 2023; Fabian 2021; Pevehouse y Goldstein 2017). 

Tras la Segunda Guerra Mundial, la guerra internacional se volvió una suerte de tabú. Los países, en su mayoría, dejaron de librar guerras entre ellos. Si lo hacen, son de escala relativamente pequeña y sin declaraciones formales de guerra por las consecuencias que eso implica ante la ley internacional (Kaldor citada en StudySmarter 2023; Pevehouse y Goldstein 2017). 

Sin embargo, la guerra como fenómeno político siguió existiendo, sobre todo en el contexto de guerras internas por el control de los Estados mismos. En este tipo de conflictos, la guerra de guerrillas se volvió común, pues se trataba de grupos emergentes que aspiraban a tomar el Estado para instalar un régimen nuevo con la ideología de su preferencia (BPB y BICC 2023; Kaldor citada en StudySmarter 2023). 

Muchas de estas guerrillas recibían ayuda extranjera de la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia y otras potencias. El objetivo de financiar a la facción más ideológicamente afín o con intereses convergentes era instalar un gobierno amistoso por la fuerza. Así, se debilitaba la posición geoestratégica del enemigo. Con esto, la guerra directa entre grandes potencias fue reemplazada por conflictos subrogados o proxy wars, generalmente en la forma de guerra de guerrillas (Fabian 2021; Pevehouse y Goldstein 2017). 

Uno de los grandes retos de una guerra de guerrillas es que la población civil de un país se vuelve indistinguible de los guerrilleros combatientes. Como no se trata de un ejército formal, no hay uniformes claros que identifiquen a los combatientes. Es más, para las guerrillas, el perderse entre los civiles es una estrategia de supervivencia. Además, debido a que el derecho internacional regula sobre todo la guerra internacional, los principios que regulan la guerra, como el manejo de prisioneros y el respeto a los no beligerantes, tiene una aplicación débil o ambigua dentro de este tipo de conflictos (Fabian 2021). 


Referencias

Asprey, Robert Brown. 2023. «Guerrilla Warfare». Encyclopaedia Britannica. Acceso el 22 de abril del 2023. https://www.britannica.com/topic/guerrilla-warfare.

BPB y BICC. 2023. «Definitions of War and Conflict Typologies». Wars and Violent Conflicts. Acceso el 22 de abril del 2023. https://warpp.info/en/m1/articles/definitions-of-war-and-conflict-typologies.

Fabian, Sandor. 2021. «Irregular vs Conventional Warfare: A Dichotomous Misconception». Modern War Institute at West Point. Acceso el 22 de abril del 2023. https://mwi.usma.edu/irregular-versus-conventional-warfare-a-dichotomous-misconception/.

ICRC. 2023. «Guerrilla Warfare». How Does Law Protect in War? Acceso el 22 de abril del 2023. https://casebook.icrc.org/a_to_z/glossary/guerrilla.

StudySmarter. 2023. «War and Conflict». Types of Wars and Conflicts. Acceso el 22 de abril del 2023. https://www.studysmarter.co.uk/explanations/social-studies/global-development/war-and-conflict/.

Kaplan, Robert. 2013. The Revenge of Geography: What the Map Tells us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Nueva York: Random House Trade Paperbacks.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson


La guerra popular prolongada es un concepto en algunas ramas del marxismo que aboga por un estado constante de guerra entre oprimidos y opresores, lo que implica una revolución permanente. Esta guerra no se da entre ejércitos ni por medio de guerrillas exclusivamente. Es un fenómeno constante de depuración social por medio del cual el proletario y el campesino evitan el aburguesamiento. Es una lucha de los oprimidos contra el sistema: se busca destruir las instituciones sociales (Deutscher 2012; Mao 2012).

Este concepto es común en las variantes asiáticas del marxismo, particularmente el maoísmo chino y el pensamiento comunista vietnamita. Mao Zedong, fundador de la China comunista, modificó el marxismo-leninismo al considerar al campesino, no al proletario, como el verdadero protagonista de la revolución. Esta modificación nace del hecho de que China en la época era una nación eminentemente agraria (Deutscher 2012; Mao 2012). 

La guerra popular prolongada tiene tres etapas: guerra defensiva, guerra de movimiento y guerra de posiciones. En la primera etapa, existe una guerrilla que se opone al Gobierno, pero que incita al pueblo a rebelarse. En la segunda etapa, la convergencia de la guerrilla y el pueblo lleva a que se puedan empezar ofensivas contra el Gobierno. Finalmente, la guerra de posiciones es la toma del poder, especialmente territorios. Esta etapa no es el final, pues debe haber una lucha constante interna para garantizar el socialismo (Mao 2012; PDPR-EPR 2001). 

En Latinoamérica, las ideas de Mao tuvieron repercusiones significativas. Igual que la mayoría del Lejano Oriente, América Latina era una región agrícola. Tener al campesino como protagonista de la revolución facilitaba que la idea se difundiera en las áreas rurales de los países. De hecho, pensadores socialistas como Mariátegui en Perú ya habían visto la necesidad de una revolución campesina, en gran medida liderada por indígenas. El foquismo del Che Guevara adoptó al campesino como el protagonista de la revolución. Sin embargo, su dependencia en la guerrilla como vanguardia del comunismo le restaba importancia a la revolución social del campesinado de Mao, pues era una lucha en todos los ámbitos. Coincidían solamente en la primera etapa de la guerra popular prolongada (Urrego 2016). 

Así, los movimientos comunistas en Latinoamérica se dividieron. Los movimientos urbanos tendían a tener versiones más europeas del marxismo, mientras que el área rural tenía guerrillas de corte asiático, ya sea maoísta o vietnamita. En Guatemala, esto se puede ver con la división del PGT en varias facciones que respondían a dinámicas demográficas y étnicas. Las guerrillas maoístas y vietnamitas se encontraban en el interior y eran integradas por campesinos (PDPR-EPR 2001; Urrego 2016). 


Referencias

Deutscher, Isaac. 2012. «El maoísmo: orígenes y perspectivas». Marxists Internet Archive.  Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/deutscher/1964/maoismo.htm. 

Flores, José Humberto. 2006. «El pensamiento de José Carlos Mariátegui». Teoría y Praxis 9: 1-30. 

Mao, Zedong. 2012. «Sobre la guerra prolongada». Obras escogidas de Mao Tse-tung. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PW38s.html. 

PDPR-EPR. 2001. «Guerra popular prolongada». Centro de Documentación de los Movimientos Armados. Acceso el 1 de julio del 2023.  https://cedema.org/digital_items/1229. 

Urrego, Miguel Ángel. 2016. «Historia del maoísmo en América Latina: entre la lucha armada y servir al pueblo». Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 44 (2), 111-135. 


Una guerrilla es un actor no estatal paramilitar cuyo objetivo es la toma del poder político por la fuerza. Se trata de una fuerza compuesta por combatientes o beligerantes, otrora civiles, que emulan la organización militar del Ejército de un Estado para conseguir un fin determinado. Una guerrilla es necesariamente parte de una insurgencia; es decir, un levantamiento armado en contra del sistema político imperante que busca transformarlo desde afuera. Sin embargo, no todas las guerrillas practican el terrorismo; es decir, el uso de la fuerza contra civiles con el fin de generar terror, muchas veces en el contexto de una insurgencia (ICRC 2023; MCoE 2018; Plakoudas 2020). 

El carácter político de las guerrillas es el factor que las diferencia de otros actores no estatales como mafias criminales, incluyendo cárteles del narcotráfico o maras. El fin de cualquier guerrilla es tomar el poder del Estado para imponer una nueva visión política. Un cártel del narcotráfico también usa la fuerza y puede tener capacidades militares superiores a las de una guerrilla, pero su objetivo criminal solo busca influenciar el poder, no ejercerlo directamente. Hay guerrillas que recurren al narcotráfico como fuente de financiamiento, pero sin dejar de lado la meta política, ya que el negocio ilegal es un medio, no un fin en sí mismo (ICRC 2023; MCoE 2018; Plakoudas 2020). 

La guerrilla usa tácticas de guerra de guerrillas; es decir ataques indirectos y esporádicos contra una fuerza militar mejor organizada y con mayores capacidades bélicas. La guerrilla busca evitar el conflicto directo, pues sus probabilidades de sobrevivir un combate frente a frente son menores respecto a enfrentamientos indirectos (BPB y BICC 2023; Fabian 2021; ICRC 2023; MCoE 2018; Plakoudas 2020). 

Las guerrillas se volvieron comunes en el denominado tercer mundo; es decir, países en vías de desarrollo fuera del bloque comunista, y del mundo libre occidental en el marco de la Guerra Fría. Las guerrillas comunistas surgieron con el fin de derrocar gobiernos coloniales en África y Asia, así como dictaduras militares anticomunistas y repúblicas funcionales en Latinoamérica. Sin embargo, las guerrillas no son exclusivamente comunistas. La formación de guerrillas suele ser el resultado de la exclusión de partidos políticos del sistema electoral con fines autoritarios. Así, una guerrilla puede ser conservadora, liberal, comunista o una amalgama de diferentes fuerzas políticas contra un régimen político particular. Por ejemplo, la mayoría de guerrillas en Centroamérica eran comunistas, pero los Contras nicaragüenses eran anticomunistas que buscaban derrocar la dictadura socialista sandinista instalada en 1979, única guerrilla del istmo que logró ganar su guerra y hacerse con el poder (Pevehouse y Goldstein 2017; Torres-Rivas 1998). 


Referencias

BPB y BICC. 2023. «Definitions of War and Conflict Typologies». Wars and Violent Conflicts. Acceso el 22 de abril del 2023. https://warpp.info/en/m1/articles/definitions-of-war-and-conflict-typologies. 

Fabian, Sandor. 2021. «Irregular vs Conventional Warfare: A Dichotomous Misconception». Modern War Institute at West Point. Acceso el 22 de abril del 2023. https://mwi.usma.edu/irregular-versus-conventional-warfare-a-dichotomous-misconception/. 

ICRC. 2023. «Guerrilla». How Does Law Protect in War? Acceso el 22 de abril del 2023. https://casebook.icrc.org/a_to_z/glossary/guerrilla. 

MCoE. 2018. «Maneuver Self-Study Program». US Army. Acceso el 12 de julio del 2023. https://www.moore.army.mil/mssp/Counterinsurgency/. 

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson.

Plakoudas, Spyridon. 2020. «How Insurgencies End: The Quest for Government Victory». Revista Científica General José María Córdova 17 (28). 

Sáenz de Tejada, Ricardo. 2006. Revolucionarios en tiempos de paz: Rompimientos y recomposición en las izquierdas de Guatemala y El Salvador. Buenos Aires: CLACSO. 

Torres-Rivas, Edelberto. 1998. La izquierda centroamericana en la encrucijada. Costa Rica: Friedrich Ebert Stiftung. 

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En ciencia militar, inteligencia es el uso de la información sobre países extranjeros y actores no estatales para diseñar estrategias de guerra. La información se recaba de muchas maneras, que incluyen, pero no se limitan, al espionaje, los informantes civiles, la diplomacia, la comunicación y la cooperación con aliados, entre otros. Tener inteligencia correcta es esencial para determinar la posición respecto al enemigo y decidir si escoger una estrategia ofensiva o defensiva. La mala inteligencia puede implicar el fracaso militar (Federation of American Scientists 2023; RAND 2023; Watson 2023). 

Todo actor en las relaciones internacionales puede recolectar inteligencia. Sin embargo, los Estados tienden a burocratizar el proceso: crean varias instituciones estatales que recolectan información de diferente calidad. Cada entidad recolecta información de manera independiente, pero deben cooperar y coordinarse con el Ejército para usarla. En muchas ocasiones, la inteligencia de una agencia puede contradecir la de otra institución. La calidad y confiabilidad de la inteligencia determinan cuál se toma como válida. Las instituciones de inteligencia tienden a especializarse según el tipo de conflicto que estudien y las fuentes que utilicen (Federation of American Scientists 2023; Watson 2023).  

Hay dos niveles generales de inteligencia: estratégica y táctica. Esto refleja los niveles de planificación militar normales. La inteligencia estratégica busca dar información para diseñar la mejor política pública militar posible. Aspira a determinar qué hacer y cómo cumplir con los objetivos del Estado. La inteligencia táctica sirve para anticiparse a una serie de escenarios posibles que pueden suscitarse en el campo de batalla (Watson 2023). 

Entre las fuentes que se usan para recolectar inteligencia están las siguientes: fuentes acústicas, imágenes, señales de telecomunicación, material del enemigo, agentes nacionales y espías extranjeros. Todo aquello que pueda escucharse y observarse se recolecta. Se monitorean los medios de comunicación masivos. Se analiza la foto de una cámara normal o la de un satélite especializado. Se pueden interceptar llamadas de teléfono o escuchar una conversación casual de manera encubierta. Conseguir material enemigo, es decir, lo que la contraparte usa como arma o medio de recolección de inteligencia, es una de las mejores fuentes. Finalmente, los agentes y espías deben manejarse con cuidado para evitar crisis diplomáticas (Wager Halleck y Davis 1911; Watson 2023). 

La inteligencia también tiene muchos tipos, dependiendo del conflicto y del enemigo. Se pueden estudiar las capacidades militares del enemigo, para saber cómo manejar un ataque. La inteligencia biográfica busca dar información sobre el liderazgo de países extranjeros, para determinar si se puede confiar en ellos o conseguir información sensible para usar en su contra. Se puede recolectar información cartográfica y geográfica para familiarizarse con el terreno de operaciones futuras. La inteligencia económica y energética busca saber si un Estado puede aguantar una guerra larga o corta. La inteligencia médica recaba información sobre las enfermedades locales que pueden minar el desarrollo de las operaciones. Finalmente, la información sociológica es importante para saber cómo manejar las sensibilidades de los civiles en operaciones, sobre todo si se llevan a cabo en el extranjero (Wager Halleck y Davis 1911; Watson 2023). 

En esencia, el objetivo de la inteligencia militar es desarrollar la mejor estrategia posible. Se toman en cuenta todos los escenarios posibles, para intentar dar cierta certeza al confuso mundo de la guerra. Esta preparación es la diferencia entre la victoria y la derrota. Como diría el estratega chino Sun Tzu (2016), conocer al enemigo tan bien como a uno mismo garantiza la victoria militar, mientras que no conocerse a uno mismo garantiza la derrota. Ese conocimiento engloba muchos aspectos más allá de lo militar (RAND 2023).


Referencias

Federation of American Scientists. 2023. «Military Intelligence». Intelligence Resource Program. Acceso el 14 de julio del 2023. https://irp.fas.org/offdocs/int014.html.

RAND. 2023. «Military Intelligence». RAND Corporation. Acceso el 12 de julio del 2023. https://www.rand.org/topics/military-intelligence.html.

Sun, Tzu. 2016. El arte de la guerra. Independent Publishing Platform. 

Wager Halleck, Henry, y George D. Davies. 1911. «Military Espionage». The American Journal of International Law 5 (3): 590-603. 

Watson, Bruce W. 2023. «Intelligence». Britannica. Acceso el 14 de julio del 2023. https://www.britannica.com/topic/intelligence-military.


Las invasiones cubanas en Latinoamérica fueron un fenómeno geopolítico que implicaba la entrada de tropas de Cuba en territorios de otros países, para promover una guerrilla comunista local, buscando derrocar al gobierno de turno. Estas acciones iban más allá de brindar ayuda logística y material a grupos subversivos, pues aspiraba a implantarlos con ayuda militar directa. Esto hizo de la isla, bajo la dictadura de Castro, una agresora clara ante el derecho internacional, a diferencia de la Unión Soviética que apostaba por las guerras subrogadas, mediante ayuda indirecta a sus aliados alrededor del llamado Tercer Mundo (Bermúdez 2019; Grass 2019; Acosta de Arriba 2017). 

Las invasiones cubanas son la materialización del anticolonialismo y antiimperialismo manifestados en el foquismo, doctrina comunista particular del revolucionario Che Guevara. Este le da un giro internacionalista al antiimperialismo y anticolonialismo de corte marxista, pues aseguraba que la Cuba revolucionaria tenía la obligación de exportar las ideas comunistas a sus vecinos, para ayudarlos a liberarse del control de Estados Unidos, potencia hegemónica indiscutible en el Caribe sin necesidad de colonización formal (Bermúdez 2019; Ho 1960; Lenin 1916). 

Guevara creía que se podían crear las condiciones subjetivas de la revolución; es decir, precipitar la toma comunista del poder, aunque las sociedades no cumplieran los requisitos predichos por Marx. Esta idea motivó las intervenciones internacionales de Cuba, en especial las invasiones directas. Más allá de la ideología, las invasiones cubanas respondían a una estrategia geopolítica clara para minar la hegemonía estadounidense en el Caribe (Bermúdez 2019; Guevara 2006). 

Castro y Guevara buscaban derrocar dictaduras y democracias alineadas con Washington. Cuba quería eliminar las posiciones claves de Estados Unidos en el Caribe, para que la revolución comunista pudiera afianzarse. Invadió Panamá con el fin de apoderarse del Canal, punto de control clave entre los océanos Atlántico y Pacífico. El ataque a Nicaragua buscaba asegurar el control de un segundo canal hipotético. Las invasiones a República Dominicana y Haití, así como el intento fallido de invadir directamente Guatemala desde Honduras, buscaban eliminar bases estadounidenses clave en el ataque de la Bahía de Cochinos, invasión estadounidense de Cuba que fracasó en derrocar a Castro. Los dos intentos de invadir Venezuela, la democracia líder de la región en el momento, buscaban asegurar el petróleo venezolano como fuente de financiamiento, así como eliminar un régimen antiautoritario que rechazaba el gobierno de Casto en la isla (Bermúdez 2019; Grass 2019). 

Cuba financió y suministró a varios movimientos guerrilleros en otros países de la región, como Argentina, Perú, Bolivia, El Salvador y Colombia, en dos ocasiones. De hecho, la isla se volvió refugió de comunistas de varios países, donde recibían entrenamiento ideológico, militar y subversivo para afianzar movimientos guerrilleros en sus países. Con la muerte sorpresiva del Che y la concentración de poder en manos de Castro, Cuba abandonó las invasiones y empezó a apostar por el apoyo logístico indirecto al estilo soviético. La isla siguió siendo una sede de guerrilleros para el continente, pero su ejército ya no invadió a los vecinos. Castro desplegó a las fuerzas armadas en conflictos lejanos como Argelia, Etiopía o Angola, siempre coordinándose con los intereses de Moscú (Bermúdez 2019; Grass 2019). 


Referencias

Acosta de Arriba, Rafael. 2017. «El final del trotskismo organizado en Cuba». En Las izquierdas latinoamericanas. 299-320. Santiago: Ariadna.

Bermúdez, Ángel. 2019. «Cómo fueron las intervenciones armadas impulsadas por Cuba en América Latina». BBC News Mundo. Acceso el 9 de enero del 2024. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-47674885.

Grass, Kacper. 2019. The Historical Legacy and Current Implications of Cuban Military Internationalism. Grupo de Estudios de Seguridad Internacional. ISSN: 2340-8421.

Guevara, Ernesto. 2006. La guerra de guerrillas. Estados Unidos: Che Guevara Publishing Project.

Ho, Chi Minh. 1960. «El camino que me condujo al leninismo». En Selected Works of Ho Chi Minh. Acceso el 10 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/ho/1960/0001.htm. 

Lenin, Vladimir Ilich. 1916. Imperialism, the Highest Stage of Capitalism. Marxists Internet Archive. Acceso el 9 de julio del 2023. https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1916/imp-hsc/. 

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Los kaibiles son las fuerzas especiales del Ejército de Guatemala. Por «fuerzas especiales» se entiende un órgano autónomo dentro del Ejército que no pertenece formalmente a las tres ramas clásicas de las instituciones castrenses: fuerzas terrestres, fuerzas marinas y fuerzas aéreas. Estas fuerzas especiales no son parte del combate normal, sino que se dedican a misiones especiales de alto impacto. En el caso de los kaibiles, se creó la fuerza con el objetivo expreso de luchar contra las fuerzas insurgentes. Así, parte de la contrainsurgencia guatemalteca fue formar fuerzas especiales para destruir las guerrillas (Sutil Toledano 2023). 

Los kaibiles fueron fundados en 1974. Toman su nombre del príncipe mam que gobernaba en Xinabajul hoy Zaculeu, Huehuetenango y que jamás fue derrotado por los españoles durante la conquista. La ética kaibil rechaza rendirse. Deben cumplir la misión a como dé lugar o morir en el intento, según rezan sus principios. Fueron un instrumento importante en el enfrentamiento armado interno y son responsables, en gran medida, de las victorias militares del Estado de Guatemala frente a las guerrillas (Sutil Toledano 2023). 

Los kaibiles son controversiales por su participación en varias masacres en el marco de la guerra en Guatemala. La más conocida de estas masacres fue Dos Erres, en el departamento de Petén, durante el gobierno de facto de Ríos Montt. Según las investigaciones, se asesinaron niños, mujeres y hombres, porque su aldea era un centro de operaciones importante de la guerrilla. Así, eliminaron a toda la población civil, con el fin de eliminar a todos los insurgentes. Las mujeres fueron violadas y tomadas como esclavas sexuales en algunos casos. Este tipo de crímenes, catalogados como crímenes de guerra, no fueron amnistiados como parte de los Acuerdos de Paz. Los responsables individuales, que no representan a todos los kaibiles, fueron castigados (Menchú y Daniel 2019; Sutil Toledano 2023; UNCHR 2023). 

Con el fin del enfrentamiento armado interno, el gobierno de Arzú decidió mantener a las fuerzas especiales guatemaltecas. Su objetivo era luchar contra un nuevo enemigo emergente: el crimen organizado. Con el debilitamiento del Ejército según lo pactado en los Acuerdos de Paz, se perdieron capacidades logísticas para lidiar con los carteles del narcotráfico. Así, los kaibiles se volvieron el principal mecanismo contra amenazas no estatales. Sin embargo, se reportaron algunas deserciones de kaibiles que se integraron a los carteles a título personal. La institución se mantiene como el principal freno a las nuevas amenazas no estatales (Equite 2015; Sutil Toledano 2023). 

Tras la firma de la paz, la fuerza kaibil se empezó a emplear en las misiones de paz de las Naciones Unidas. En vez de pagar la cuota con la que se debe contribuir al organismo internacional, Guatemala manda kaibiles para que formen parte de los cascos azules de la ONU, fuerza militar internacional cuyo objetivo es preservar la paz. Este ejército multinacional es desplegado por orden del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a países que necesitan ayuda para construir la paz. Los kaibiles guatemaltecos han tenido un protagonismo importante en las misiones de Haití, Mali y el Congo, debido a su entrenamiento riguroso y confiabilidad (Equite 2015; Sutil Toledano 2023). 

En el contexto internacional, los kaibiles también empezaron a cooperar de cerca con el Gobierno de los Estados Unidos. La participación de los kaibiles en las políticas de Ríos Montt los alejó de la potencia hegemónica, ya que Washington consideraba que eran acciones demasiado violentas. El distanciamiento terminó con los Acuerdos de Paz. Las fuerzas especiales de ambos países empezaron a cooperar en la guerra contra las drogas, política externa de Estados Unidos que busca evitar el tráfico de sustancias ilegales desde Sudamérica a EE. UU. (Equite 2015; Sutil Toledano 2023). 


Referencias

Equite, Osvaldo. 2015. «Kaibil, US Special Forces Promote Security Through Partnership». USSOCOM. Acceso el 13 de julio del 2022. https://www.socom.mil/Pages/KaibilUSSpecialForcespromotesecuritythroughpartnership.aspx

Menchu, Sofía, y Frank Jack Daniel. 2019. «ENFOQUE-Amnistía en Guatemala liberaría a criminales de guerra y soldados que tuvieron esclavas sexuales». Reuters. acceso el 24 de junio del 2023. https://www.reuters.com/article/guatemala-amnistia-idLTAKCN1R900V.

Military. 2023. «What It Means to Be Part of the Army Special Forces». Military.com. Acceso el 13 de julio del 2023. https://www.military.com/military-fitness/army-special-operations/army-special-forces-overview/amp.

Sutil Toledano, Javier. 2023. «Los Kaibiles: Guatemala’s Special Operations Forces». Grey Dynamics. Acceso el 11 de julio del 2023, https://greydynamics.com/los-kaibiles-guatemalas-special-operations-forces/#10_Introduction.

UNCHR. 2023. «Guatemala: Kaibiles and the Massacre at Las Dos Erres». US Department of Homeland Security. Acceso el 13 de julio del 2023. https://www.refworld.org/docid/3ae6a6a54.html

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El liberalismo es una ideología que se basa en la libertad individual en todos los ámbitos, en especial lo político, lo económico y lo social. No se trata de una doctrina monolítica, sino de un conjunto de principios que tienen a cada persona independiente como el centro indispensable. Diferentes tipos de liberalismo defienden ideas como la vida, la propiedad privada, la búsqueda de la felicidad, la igualdad, la fraternidad o la unidad, siempre y cuando dichos conceptos contribuyan a avanzar la libertad de cada individuo (Amurrio 2013; Hayek 2017; Hazlitt 2012). 

La libertad en términos liberales tiende a definirse en un sentido negativo, por lo que se trata de la ausencia de coacción arbitraria. No se trata de tener ciertas capacidades específicas, ya sean adquiridas o innatas, sino de poder actuar y decidir sin restricciones impuestas desde afuera, salvo para defender la libertad de los otros. El principio base del liberalismo aboga por la libertad individual frente a cualquier tipo de coacción (Amurrio 2013; Hayek 2017; Hazlitt 2012). 

Esta ideología nace como parte de las reflexiones de la Ilustración en el siglo XVII y XVIII, junto a otras ideologías como el conservadurismo, el socialismo, el nacionalismo y el anarquismo. El liberalismo fue el protagonista de grandes revoluciones, en especial la Revolución Gloriosa en Inglaterra, la Revolución estadounidense, la Revolución francesa y las revoluciones de 1848, en especial en Alemania. En su momento, los liberales luchaban contra el absolutismo de los monarcas europeos y el control de la Iglesia católica del sistema político y social. El liberalismo continental, de tradición francesa y alemana, se radicalizó al buscar impulsar el progreso por la fuerza, desde el Estado. El liberalismo anglosajón, basado en Inglaterra y Estados Unidos, surge como la vertiente moderada que busca límites al poder (Bury 1971; Giner 2001; Merquior 1993; Negro 1995; Panebianco 2009).

Pese a que el liberalismo se difundió y popularizó lentamente como ideología influyente en Europa y América, ideologías radicales alternativas retaron sus principios a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. El nacionalismo, el fascismo y el comunismo buscaron debilitar los sistemas políticos liberales que iban emergiendo en Europa Occidental. Las Guerras Mundiales, de cierta manera, son la confrontación de estas ideologías a nivel global. La Guerra Fría dividió al mundo en dos bandos, el bloque comunista y el mundo libre dirigido por países con formas de gobierno más liberales. Con el colapso de la Unión Soviética y el poder hegemónico de Estados Unidos, el liberalismo tiene como principal contrincante la intervención estatal en la economía y los rezagos autoritarios en diferentes países, independientemente de la ideología (Hayek 2017; Hazlitt 2012; Mises 1944). 

El liberalismo, en la práctica, se puede ver en diferentes instituciones alrededor del mundo. En el ámbito internacional, el liberalismo sirve como marco principal, pese a influencias de otras ideologías. El derecho internacional busca limitar el poder estatal, principio esencial del liberalismo anglosajón. Propone la declaración de derechos humanos, una lista no exhaustiva de derechos individuales que enumera garantías para la libertad a la usanza del liberalismo continental (Pevehouse y Goldstein 2017). A nivel político, el liberalismo inspira la democracia liberal, tipo de régimen con tres pilares esenciales: democracia representativa, republicanismo con división efectiva del poder y garantías individuales mínimas. Independientemente de la forma del Estado, la esencia de la democracia liberal es fragmentar el poder estatal y reconocer los derechos de los ciudadanos. A nivel económico, el liberalismo aboga por el libre mercado, concepto responsable por la liberalización comercial generalizada de los noventa. Aboga por intercambios libres entre personas, con el fin de que ambas partes ganen en la transacción. Tanto el libre mercado como la democracia liberal se nutren de sociedades plurales, donde las diferencias entre individuos se respetan y no sirven como criterio para segregar. La idea que subyace a todas estas instituciones es la defensa de la libertad individual de cualquier tipo de coacción (Hayek 2017; Mises 1944). 


Referencias

Amurrio, Jesús. 2013. Clásicos del pensamiento político. Guatemala: Magna Terra Editores.

Bury, John. 1971. La idea del progreso. Madrid: Alianza Editorial. 

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín. 

Hazlitt, Henry. 2012. Los fundamentos de la moral. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

Merquior, José Guilherme. 1993. Liberalismo viejo y nuevo. México: FCE. 

Mises, Ludwig von. 1944. Omnipotent Government: The Rise of the Total State and Total War. New Haven: Yale University Press. 

Negro, Dalmacio. 1995. «Liberalismo y Estado Moderno». En La tradición liberal y el Estado. Madrid: Unión Editorial. 

Panebianco, Angelo. 2009. «La ley». En El poder, el Estado, la libertad: La frágil constitución de la sociedad libre. España: Unión Editorial.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson.

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El marxismo es una variante del socialismo, creada por Karl Marx, con el propósito de proponer una supuesta fórmula objetiva para predecir el fin de la historia, entendido como una revolución que regresaría a la humanidad a un comunismo prehistórico. Él argumentaba que la historia avanzaba con base en una relación dialéctica opresor-oprimido; es decir, un grupo minoritario y elitista explotaba a un grupo mayoritario y débil. El comunismo prehistórico, un estado natural donde no habría propiedad privada, fue destruido por un grupo que creó propiedad privada ilegítima, según Marx. La naturaleza de esta propiedad material define los valores e ideas de la época, conocido como superestructura (Amurrio 2013; Cole 1957; Giner 2001).

Marx identifica al capitalismo como la última etapa de la historia, debido a la dinámica de la burguesía opresora y el proletariado oprimido. El autor indica que la burguesía es dueña de la propiedad privada industrial, base de un sistema de producción masivo donde le roba el valor del trabajo, o plusvalía, a los trabajadores proletarios. Este robo supone la explotación de los oprimidos, que llevaría a una revolución espontánea, proceso en que los trabajadores se levantarían en conjunto para tomar el Estado burgués y crear una dictadura del proletariado. Esta dictadura tomaría los medios de producción, en manos de la burguesía en tiempos capitalistas, para volverlos propiedad del Estado proletario y repartir sus ganancias. Eventualmente este Gobierno aboliría la propiedad privada por completo, regresando a la humanidad a ese comunismo prehistórico que Marx propone como origen de la sociedad (Amurrio 2013; Cole 1957; Giner 2001).  

Las ideas de Marx salieron a la luz en el Manifiesto comunista de 1848, pero no lograron volverse populares en círculos socialistas de la época. De hecho, el marxismo cobró relevancia hasta el triunfo de los bolcheviques en la Revolución rusa, entre 1917 y 1920, ya que la ideología inspiró la fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El triunfo de este movimiento, irónicamente, niega la supuesta objetividad de la doctrina marxista, porque no fue una revolución espontánea ni sucedió en un país capitalista e industrial. Autores marxistas como Lenin y Luxemburgo intentaron explicar esto al proponer teorías como la del partido político como vanguardia para precipitar la revolución o la existencia de un capitalismo mundial con un centro y una periferia, respectivamente (Cole 1957; Giner 2001; Gutiérrez Martínez 2018). 

El funcionamiento teórico del marxismo, como el de cualquier ideología, difiere radicalmente al ser aplicado en la realidad. Los marxistas llevaron a la creación de regímenes totalitarios como el de la Unión Soviética o la China comunista. Sirvieron como base doctrinaria de regímenes autoritarios en todo el mundo, donde la lógica opresor-oprimido se aplicó a otras cuestiones. El maoísmo, o comunismo chino, reemplazó al proletariado con el campesinado como colectivo explotado. El pensamiento Ho Chi Minh de Vietnam y los comunistas latinoamericanos utilizaron la idea de imperialismo, no la economía como tal, para definir potencias coloniales opresoras contra pueblos colonizados oprimidos. Estas ideas también provocaron guerras internas en varios países como conflictos subrogados entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, los dos enemigos de la Guerra Fría (Ho 1960; Mao 2012). 

Sin importar la argumentación ideológica, los gobiernos marxistas o comunistas se aglutinaron del lado soviético y chino de la Guerra Fría, conflicto geopolítico que enfrentó al bloque comunista con el mundo libre de Occidente. Con el colapso político y económico de la URSS, así como las reformas parciales de liberalización económica en China, el mundo presenció el fracaso del marxismo como ideología política viable (Kaplan 2013; Pevehouse y Goldstein 2017). 


Referencias

Amurrio, Jesús. 2013. Clásicos del pensamiento político. Guatemala: Magna Terra Editores.

Cole, George D. H. 1957. Marxismo y anarquismo 1850-1890. Tomo 2 de Historia del pensamiento socialista. México: FCE. 

Giner, Salvador. 2001. Teoría sociológica clásica. Barcelona: Ariel.

Gotfried, Paul E. 2007. Extraña muerte del marxismo. España: Ciudadela Libros. 

Gutiérrez Martínez, Marco Antonio. 2018. «Che Guevara: el foquismo y la guerrilla». Ponencia presentada en el V Coloquio de Historia Bélica Universal. México: Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Ho, Chi Minh. 1960. «El camino que me condujo al leninismo». En Selected Works of Ho Chi Minh. Acceso el 10 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/ho/1960/0001.htm.  

Kaplan, Robert. 2013. The Revenge of Geography: What the Map Tells us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Nueva York: Random House Trade Paperbacks.

Mao, Zedong. 2012. «Sobre la guerra prolongada». En Obras escogidas de Mao Tse-tung. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PW38s.html.

Pevehouse, Jon, y Joshua Goldstein. 2017. International Relations. Estados Unidos: Pearson. 

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Las fuerzas paramilitares son grupos de civiles organizados con una jerarquía que imita la de un ejército, generalmente con armamento y capacidades de nivel militar. Estos grupos existen fuera de la institucionalidad formal del Estado y pueden actuar como su aliado o como su enemigo. Estos grupos difieren de las guerrillas en términos de sus intenciones políticas. Las fuerzas paramilitares tienen objetivos políticos limitados y específicos, dictados por los intereses de sus miembros. Por su parte, una guerrilla tiene la intención del tomar el poder del Estado para implementar su propio gobierno. Una fuerza paramilitar no busca el poder formal, sino que siempre se mantiene fuera del marco legal, para obtener sus intereses violentamente (CNMH 2018; El Kanfoudi 2023). 

Se dividen en dos tipos básicos, dependiendo de si son aliados del Estado o no. Generalmente, los grupos paramilitares ligados al Estado pelean junto al ejército en contrainsurgencias o invasiones extranjeras. Sin embargo, al estar fuera del control de las fuerzas castrenses, pueden ser usados para misiones especiales que son ilegales. En caso de no ser aliadas del Estado, estas agrupaciones pueden ser enemigas o neutrales. Pueden emerger para luchar contra el Gobierno, a manera de resistencia o sabotaje. Si son neutrales, tienden a llenar algún vacío que el Estado no cumple. Por ejemplo, los civiles pueden organizarse contra la delincuencia común, cuando el Estado no provee seguridad ciudadana (El Kanfoudi 2023).

Las fuerzas paramilitares son muy diversas en cuanto a organización y objetivos. Algunos tipos particulares son los escuadrones de la muerte. Estos grupos cometen masacres contra civiles que, en muchos casos, pueden ir más allá de los objetivos reales del ejército formal. Asimismo, existen grupos que funcionan como empresas privadas: venden sus servicios militares, pudiendo cambiar de bando según quién pague más (CNMH 2018; El Kanfoudi 2023; Provea 2020). 

Las fuerzas paramilitares surgen en general con la intención de proveer algún tipo de seguridad, entendida como el manejo del riesgo. Siguiendo esta idea, también existen fuerzas parapoliciales que suplantan la función de la policía. Se encargan del manejo de la seguridad civil dentro de un área determinada, dando servicios de supervisión o vigilancia. La diferencia esencial es el uso de la fuerza: una fuerza parapolicial no mataría a los delincuentes como lo haría una fuerza paramilitar (El Kanfoudi 2023; García-Peña Jaramillo 2005; Provea 2020).

Las organizaciones paramilitares son ilegales ante el derecho internacional. La mayoría de tratados y costumbres internacionales que regulan y limitan el comportamiento en la guerra no ven a estos grupos como legítimos, al no ser fuerzas formales. Sin embargo, juegan un rol esencial en las insurgencias y las contrainsurgencias, fenómenos militares especialmente comunes desde la Guerra Fría. Pese a la ambigüedad legal respecto a estos grupos, hay consenso internacional en que pueden ser acusados de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Así, se pueden asignar responsabilidades, pese a la ausencia de legalidad al respecto. Esta responsabilidad penal es importante en el contexto de procesos de paz y de reconciliación nacional tras una guerra interna (García-Peña Jaramillo 2005; HRW 2000). 

Existen algunas maneras de lidiar con las fuerzas paramilitares. En el marco de un proceso de paz, se puede exigir y garantizar la desmovilización de estos grupos. En esencia, entregan sus armas a cambio de una amnistía que cubre a la mayoría de miembros, excepto a los rangos superiores. Es importante que los líderes puedan ser procesados penalmente dentro del sistema, para garantizar la justicia tras la guerra. 

Los Estados también pueden llevar a cabo reformas que desincentiven el surgimiento de grupos paramilitares. Por ejemplo, si estos grupos surgen para luchar contra la delincuencia, se puede crear una policía civil más fuerte y organizada como desincentivo. Finalmente, los países extranjeros pueden sancionar a los ejércitos que usen estos grupos para cometer actos ilegales en un intento de evadir responsabilidades al esconder que el Estado es quien manda el acto. Dichas sanciones no deben atacar a toda la economía del país, para evitar la antipatía de los locales contra la potencia extranjera (García-Peña Jaramillo 2005; HRW 2000). 


Referencias

CNMH. 2018. «La radiografía del fenómeno paramilitar». Paramilitarismo: balance de la contribución del CNMH al esclarecimiento histórico. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/balances-jep/paramilitarismo.html

El Kanfoudi, Asma. 2023. «¿Qué es una organización paramilitar?». El Orden Mundial. Acceso el 21 de julio del 2023. https://elordenmundial.com/que-es-organizacion-paramilitar/.

García-Peña Jaramillo, Daniel. 2005. «La relación del Estado colombiano con el fenómeno paramilitar: Por el esclarecimiento histórico». Dossier: Paramilitarismo en Colombia. Acceso el 22 de julio del 2023. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-47052005000100004

HRW. 2000. «Resumen y recomendaciones». Colombia y las relaciones militares-paramilitares. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.hrw.org/legacy/spanish/informes/2000/colombia_lazos.html

Provea. 2020. «Actuación de civiles armados (paramilitares) contra protestas». Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos. Acceso el 21 de julio del 2023, https://provea.org/paramilitares/colectivo-paramilitar-y-parapolicial/


Un partido político es, en esencia, una organización de personas que buscan llegar al poder, generalmente maximizando los votos de ciudadanos para obtener una cuota de poder formal. Generalmente, un partido tiene una ideología política, en cuyo caso se llama partido programático. En otros casos, los partidos pueden representar intereses especiales o pueden ser más vehículos electorales que permiten a un candidato o candidatos aspirar al poder político para los puestos electos del Estado (Beyme 1996; Fernández Luiña y Trujillo 2015; Sartori 2002). 

Un partido se diferencia de una facción política por el nivel de organización e institucionalidad que presenta. Una facción es un grupo informal de personas con ideas o intereses comunes. Por el contrario, un partido político es una organización formal que busca llegar al poder, ya sea como gobernante o como oposición (Duverger 1957; Gangas 2013). 

Los partidos políticos surgieron en Europa y Estados Unidos cuando las democracias liberales modernas empezaron a surgir. Su proceso de consolidación se dio entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. A grandes rasgos, los partidos políticos tienen cuatro fases de desarrollo que pueden coexistir. La primera fase fue la de partidos de élite o notables. Estos partidos corresponden a los inicios de los sistemas electorales, en los cuales la participación electoral era restringida (Duverger 1957; Gangas 2013). 

La segunda etapa, los partidos de masa, se da por dos razones esenciales. En primer lugar, los sistemas políticos expandieron el derecho al voto a nuevos grupos sociales, generalmente más pobres y menos educados. Asimismo, este fenómeno coincide con el surgimiento de ideologías en el siglo XIX. Los partidos de masa eran grandes organizaciones sociales, bastante rígidos y agresivos en cuanto a sus propuestas y políticas. Tenían mucha penetración en el tejido social y eran parte de la cultura, la comunidad y hasta las familias. (Duverger 1957; Gangas 2013). 

La tercera etapa empieza tras la Segunda Guerra Mundial. Los partidos atrapalotodo son, en esencia, máquinas de maximización de votos. Tienen ideas flexibles que responden al votante mediano, entendido como el ciudadano promedio cuyas ideas políticas son moderadas, indiferentes o inexistentes. Estos partidos no tienen una ideología rígida; aunque tengan ciertos principios, tienden a negociar y llegar a acuerdos en aras de la gobernabilidad (Gangas 2013; Holcombe 2016).

La cuarta etapa, que se da en parte como continuación de los partidos atrapalotodo, es la de los partidos cartelizados. En esencia, ciertos partidos se vuelven tan poderosos y duraderos que siempre tienen una cuota de poder en el sistema. Así, se vuelven parte del Estado, recibiendo varios beneficios del mismo y limitando el surgimiento y entrada de partidos nuevos que minen su poder. Aunque la competencia no es imposible, es mucho más complicado obtener una cuota de poder si no es a través de esos partidos (Gangas 2013; Holcombe 2016). 


Referencias

Beyme, Klaus von. 1996. «Party Leadership and Change in Party Systems: Towards a Postmodern Party State?». Government and Opposition 31 (2): 135-159. 

Duverger, Maurice. 1957. Los partidos políticos. México: Fondo de Cultura Económica.

Fernández Luiña, Eduardo, y Pedro Trujillo. 2015. «Partidos políticos y competición electoral. Cuando la ciencia política confronta el derecho». Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas 14 (1): 129-146. 

Gangas, Pilar. 2013. Los partidos políticos. Universidad de Salamanca: Área de Ciencia Política. Salamanca: USAL.

Holcombe, Randall G. (2016). Advanced Introduction to Public Choice. Cheltenham, Reino Unido: Edward Elgar Publishing Limited.

Luján, Jorge. 1998. Breve historia contemporánea de Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica.

Sartori, Giovanni. 2002. Partidos y sistemas de partidos. España: Alianza.


El comunismo de corte vietnamita, mejor conocido como «pensamiento Ho Chi Minh», es una variante del maoísmo que nace como resultado de la lucha independentista de este país del sudeste asiático. Hoy es la filosofía oficial de Vietnam, que tiene un gobierno comunista económicamente abierto al estilo chino. Es una continuación del maoísmo, por tener al campesino como protagonista de la revolución. Sin embargo, la naturaleza de la revolución es eminentemente anticolonial. Antes que ser un esfuerzo de los campesinos del mundo por liberarse, es la lucha del campesinado vietnamita por liberar su país, algo que todas las colonias del mundo deberían replicar por su cuenta (Dang 2023; Ho 1960). 

El pensamiento Ho Chi Minh reemplaza la clase económica por una clase nacional: el pueblo vietnamita. Dentro del marxismo, es una de las doctrinas más antiimperialistas. Sin embargo, es diferente del antiimperialismo marxista-leninista. Ambas variantes ven al imperialismo como resultado del capitalismo, llevando la explotación de los oprimidos a escala global. La diferencia radica en cómo lidiar con este problema. Mientras el marxismo-leninismo aboga por el internacionalismo en el sentido de promover la revolución mundial, el pensamiento Ho Chi Minh ve la revolución como algo nacional. Los leninistas quieren ver la caída del núcleo industrial del mundo; los comunistas vietnamitas abogan por la independencia de los pueblos colonizados, cada uno por sus propios medios, para aislarse de Europa. La independencia es, en esencia, la construcción de un socialismo nacional adaptado a cada pueblo. Los países socialistas pueden ayudarse entre sí, pero no intervenir en los procesos extranjeros (Ho 1960; Lenin 1916). 

La construcción del socialismo según Ho es un concepto derivado de la guerra popular prolongada del maoísmo. Ve la necesidad de una guerrilla que active al pueblo, especialmente al campesinado, contra los imperios coloniales. La diferencia se encuentra en la etapa final. El maoísmo aboga por una revolución permanente que implica purgas y violencia constantes contra el aburguesamiento de la revolución. Por su parte, el pensamiento Ho Chi Minh aspira a que cada persona luche por cambiar el sistema de manera colectiva. A nivel de la propaganda del régimen vietnamita, se justifica la relativa apertura económica del país bajo las reformas Doi Moi, parecidas a las que se llevaron a cabo en China tras la muerte de Mao Zedong, como un uso creativo y eficiente del marxismo por el esfuerzo de los trabajadores vietnamitas (Ho 1960; Mao 2012; My 2021). 

El comunismo vietnamita es el resultado directo de las experiencias del prócer de la independencia Ho Chi Minh. En el siglo XX, este país asiático se enfrentó al colonialismo francés, a las invasiones de conquista de China y Japón y a la intervención militar estadounidense que buscaba crear dos Vietnam ideológicamente opuestas al estilo de la península coreana. Ho fue el líder que luchó contra todas estas fuerzas, lo que explica el anticolonialismo particular de su pensamiento político y su diferencia del comunismo de Europa y China (Dang 2023; Ho 1960; My 2021). 

El carácter anticolonial del pensamiento Ho Chi Minh es la razón de su popularización en Latinoamérica. Si bien la descolonización del siglo XX se dio en África y Asia, América tenía una joven historia independiente. Latinoamérica enfrentó el imperialismo del Imperio británico con la caída de los Imperios español y portugués. Ya en el siglo XX, Estados Unidos se volvió la potencia hegemónica del hemisferio occidental. Su poderío influenciaba la política interna de los países de la región. Así, aunque no fueran colonias formales, los revolucionarios comunistas de Latinoamérica veían a los Estados Unidos como una potencia colonial. Las ideas de Ho apealaban a los antiimperialistas estadounidenses, en especial a aquellos que eran de corte nacionalista antes que socialistas internacionalistas (Kaplan 2013; Silva Amaral 2017; Telesur 2023). 


Referencias

Dang Boi. 2023. «Pensamiento de Ho Chi Minh: Factor decisivo en la victoria de la Revolución vietnamita». Agencia Vietnamita de Noticias. Acceso el 10 de julio del 2023.https://special.vietnamplus.vn/2023/05/17/pensamiento-de-ho-chi-minh-factor-decisivo-en-victoria-de-la-revolucion-vietnamita/?amp.  

Ho, Chi Minh. 1960. «El camino que me condujo al leninismo». En Selected Works of Ho Chi Minh. Acceso el 10 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/ho/1960/0001.htm

Kaplan, Robert. 2013. The Revenge of Geography: What the Map Tells us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Nueva York: Random House Trade Paperbacks.

Lenin, Vladimir Ilyich. 1916. «Imperialism, the Highest Stage of Capitalism». Marxists Internet Archive. Acceso el 9 de julio del 2023, https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1916/imp-hsc/

Mao, Zedong. 2012. «Sobre la guerra prolongada». En Obras escogidas de Mao Tse-tung. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PW38s.html.

My Ha. 2021. «El marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh, bases ideológicas del pueblo vietnamita». La Voz de Vietnam. Acceso el 9 de julio del 2023. https://vovworld.vn/es-ES/enfoque-de-actualidad/el-marxismoleninismo-y-el-pensamiento-de-ho-chi-minh-bases-ideologicas-del-pueblo-vietnamita-943893.vov

Silva Amaral, Marisa. 2017. «Lenin, el imperialismo como fase y reflexiones sobre el imperialismo hoy». Cuadernos de economía crítica 3 (6): 153-176.

Telesur. 2023. «Ho Chi Minh un referente de lucha para la historia mundial». Resumen Latinoamericano – Vietnam Plus. Acceso el 9 de julio del 2023, https://www.telesurtv.net/amp/news/importancia-ho-chi-minh-historia-mundial-20180518-0063.html.

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Una reforma agraria es una política de Estado ofrecida por ciertos grupos políticos que buscan reestructurar la tenencia de la tierra en un sistema político. En esencia, es una intervención estatal que busca darles tierras a algunas personas mientras se les quita a otras. El trasfondo de esto es asumir que la propiedad de la tierra implica tener una cuota de poder. Esto es especialmente relevante en economías agrarias donde la economía depende de actividades agrícolas (ESCWA 2012; Tai 1974; Tuma 2023). 

La reforma agraria se volvió una propuesta común en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial. Eso no significa que no existiera antes, sino que se popularizó como propuesta partidista en un mundo con política cada vez más competitiva y participativa. Debe hacerse ver que las reformas agrarias no son cuestión exclusiva de una sola ideología. Por ejemplo, tanto las dictaduras comunistas como las anticomunistas propusieron estas reformas (ESCWA 2012; Tai 1974; Tuma 2023). 

En Asia, las dictaduras nacionalistas, como la de Corea del Sur y Taiwán en los 50, hicieron reformas agrarias para expropiar tierras de terratenientes japoneses que conquistaron esos países en torno al año 1900. El objetivo era que los locales, no una élite que ellos veían como oligarquía extranjera, pudieran usar la tierra para el país y su modernización económica. En América Latina, la reforma agraria se volvió una de las propuestas insignia del bando completamente opuesto: los comunistas (Tai 1974; Tuma 2023). 

La argumentación en el caso de los comunistas latinoamericanos iba más relacionada a empoderar al campesino. En el caso de países con poblaciones indígenas significativas que tienden a coincidir con el campesinado, la reforma agraria también tiende a adoptar una dimensión étnica y hasta autonomista. Sin embargo, no debe perderse de vista la verdadera razón de la propuesta: quitarle el poder a una élite para crear otro tipo de régimen implantando una nueva élite (Tai 1974; Tuma 2023). 

En el caso específico de Guatemala, la reforma agraria fue una cuestión que la administración de Jacobo Árbenz intentó implementar. Bajo una argumentación de ayudar a los hambrientos sin tierra, la intención real era quitarle tierras a la United Fruit Company (UFCO). Esta empresa estadounidense contó con varios monopolios otorgados por los Estados centroamericanos a lo largo del siglo XX (Luján 1998; Tuma 2023).  

En este punto, debe resaltarse el gran derecho vulnerado por cualquier reforma agraria: el derecho a la propiedad privada. En esencia, cualquier reforma agraria implica la expropiación de tierras privadas. Esto no es correcto, ya que el derecho de propiedad es inherente a la humanidad (Hayek 2017). 

Las reformas agrarias de corte comunista tienden a argumentar que la distribución desigual de las tierras es un abuso del Estado que debe corregirse con la reforma mencionada. Sin embargo, el que un actor tenga muchas tierras, y, por consiguiente, más poder según esta forma de pensar, no implica que el sistema deba ser destruido (Hayek 2017; Tuma 2023). 


Referencias

ESCWA. 2012. «Redistributive Land Reform». United Nations Economic and Social Commission for Western Asia. Acceso el 10 de abril del 2023. https://www.unescwa.org/sd-glossary/redistributive-land-reform-redistributive-reform.

Hayek, Friedrich von. 2017. Los fundamentos de la libertad. Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.

Luján, Jorge. 1998. Breve historia contemporánea de Guatemala. México: Fondo de Cultura Económica.

Tai, Hung-Chao. 1974. «Concept of Land Reform». En Land Reform and Politics. Berkeley: University of California Press. 

Tuma, Elias H. 2023. «Land Reform: Agricultural Economics». Encyclopaedia Britannica. Acceso el 10 de abril del 2023. https://www.britannica.com/topic/land-reform.

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Un sindicato es una organización de trabajadores que actúa como un grupo de interés para extraer beneficios de los empleadores o del Gobierno. Dichos beneficios van desde salarios más altos hasta prestaciones sociales. Por grupo de interés se entiende un colectivo compuesto de individuos con intereses comunes que actúan en conjunto para obtener sus objetivos. Los sindicatos son organizaciones relativamente modernas, ya que el trabajador asalariado es un resultado de la Revolución Industrial (CADEP 2021; ITF 2023; OIT 2023). 

Los sindicatos son organizaciones que nacen del derecho de la libre asociación. La libertad sindical se defiende en el derecho internacional desde 1919, aunque su legalidad y poder varía en función de la legislación de cada país. Se crean como un vehículo para demandar mejores salarios y condiciones de trabajo humanas (EEOC 2023; ITF 2023; Mintrabajo 2023; OIT 2023). 

Son herramientas de negociación que unifican los pedidos de varios trabajadores en un solo actor, lo que facilita conseguir los objetivos al reducir los costos de transacción. En el caso de que la negociación falle, pueden recurrir a medidas como huelgas y boicots. Sin embargo, el liderazgo de un sindicato con el tiempo puede desarrollar intereses particulares que no se alineen necesariamente con los deseos de los trabajadores representados. Además, pueden abandonar la negociación privada para pedir regulaciones gubernamentales que marginen a los trabajadores no organizados (CADEP 2021; ITF 2023; OIT 2023). 

El carácter público o privado de un sindicato es esencial. Los sindicatos privados pueden ser instituciones intermedias que den servicios públicos a sus miembros y limiten el poder del Estado. Pueden ser actores políticos importantes que canalicen demandas sociales. Sin embargo, un sindicato público, es decir patrocinado por el Estado o compuesto por miembros de su burocracia, se puede volver un brazo de acción del Estado mismo (Baird 2011). 

Al ser un colectivo importante, los sindicatos tienden a tener intereses políticos. Es importante hacer ver que los sindicatos no son necesariamente socialistas. El protagonismo del trabajador en el marxismo hace que la ideología sea común en el movimiento sindical. Sin embargo, esto es cierto después del triunfo de los bolcheviques en la Revolución rusa. En el siglo XIX, muchos sindicatos eran anarquistas, pues apelaban a masas mayores en las urbes y en el campo. En el siglo XX, surgen sindicatos católicos de la mano de la Doctrina Social de la Iglesia como medida contra el comunismo. Asimismo, el fascismo tenía estas organizaciones como un pilar de su control social en su lucha contra el socialismo (Catholic Charities 2023; Cole 1957; The Anarchist Library 2023). 

Tras la consolidación de la Unión Soviética, muchos de los partidos comunistas en el mundo tenían sindicatos relacionados que servían como su base electoral. Si llegaban al poder, los comunistas convertían a los sindicatos en instituciones públicas que funcionaban como un brazo de un Estado corporativista. Podían usar a los sindicatos como una herramienta de desestabilización de los países con huelgas masivas (Cole 1957; The Anarchist Library 2023).  


Referencias

Baird, Charles. 2011. «The Political Economy of Government Sector Unionism». Hillsdale College. 

CADEP. 2021. «Grupos de interés». Glosario public choice. Acceso el 1 de julio del 2023. https://cadep.ufm.edu/concepto/grupos-de-interes/#:~:text=Public%20Choice%20utiliza%20la%20premisa,que%20valoran%20de%20manera%20individual

Catholic Charities. 2023. «Labor Unions». Catholic Social Teaching. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.cctwincities.org/education-advocacy/catholic-social-teaching/notable-quotations/labor-unions/.

Cole, Goerge Douglass Howard. 1957. Historia del pensamiento socialista. México: FCE.

EEOC. 2023. «Cobertura de sindicatos y comités de formación conjuntos». Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.eeoc.gov/es/cobertura-de-sindicatos-y-comites-de-formacion-conjuntos. 

ITF Seafarers. 2023. «¿En qué consiste la labor de un sindicato?». Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.itfseafarers.org/es/your-rights/%C2%BFen-qu%C3%A9-consiste-la-labor-de-un-sindicato#:~:text=Un%20sindicato%20es%20una%20organizaci%C3%B3n,y%20las%20condiciones%20de%20trabajo. 

Mintrabajo. 2023. «Sindicatos». Dirección General del Trabajo. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.mintrabajo.gob.gt/index.php/dgt/sindicatos. 

OIT. 2023. «Preguntas y respuestas sobre las empresas y la libertad sindical y de asociación». Organización Internacional del Trabajo. Acceso el 1 de julio del 2023. https://www.ilo.org/empent/areas/business-helpdesk/faqs/WCMS_152375/lang--es/index.htm. 

PNUD. 2010. Guatemala: hacia un Estado para el desarrollo humano. PNUD Guatemala.

Workers´Solidarity Federation. 2023. «History of the Anarchist-Syndicalist Trade Union Movement». Workers’ Solidarity Federation. Acceso el 2 de julio del 2023. https://theanarchistlibrary.org/library/workers-solidarity-federation-history-of-the-anarchist-syndicalist-trade-union-movement. 


La sociedad civil es un término que se refiere a aquello que no puede ser clasificado como estatal o con fines de lucro. Es una amalgama de instituciones intermedias; es decir, organizaciones creadas a nivel privado por libre asociación entre individuos, donde son capaces de trabajar juntos para conseguir fines en común. La sociedad civil requiere de organización, por lo que los ciudadanos de un país son partícipes de la sociedad civil solamente si son parte activa de un grupo que actúa en conjunto (Ingram 2020; Ostrom 2000; Tocqueville 2002). 

Es cierto que la sociedad civil sirve como un contrapeso al poder estatal o de otros centros de poder. Sin embargo, instituciones como la Iglesia católica o comités de vecinos pueden clasificarse como sociedad civil. No toda la sociedad civil participa en temas de política nacional o activismo. Cualquier actividad que va más allá de la acción individual, pero que se encuentra fuera del ámbito formal del Estado, puede considerarse como sociedad civil en la edad moderna (Ingram 2020; Ostrom 2000; Tocqueville 2002; WEF 2018). 

La sociedad civil es clave como productor de servicios públicos a nivel local. Los Estados modernos buscan crecer y arrogarse nuevas funciones, pero no significa que sean eficientes al desempeñarlas necesariamente. La sociedad civil, compuesta por instituciones intermedias, puede dar servicios en menor escala, pero con más calidad y rendición de cuentas. Por ejemplo, un Estado puede fallar en limpiar las aguas de cuerpos de aguas como ríos y lagos si simplemente prohíbe la contaminación. En estos casos, las personas que viven cerca de un lago pueden organizarse para limpiar el cuerpo lacustre, organizando un sistema de turnos para retirar basura y pactando soluciones como el desvío y tratamiento de agua sucia. Este tipo de arreglos puede ser útil para otros servicios como salud y educación (Ostrom 2000; Tocqueville 2002). 

A nivel político, la sociedad civil tiene un rol protagónico en la democratización de los países. Como retan el poder estatal, estas instituciones intermedias pueden ejercer presión externa para influenciar las políticas que el Gobierno busca imponer sobre la sociedad. Estos grupos pueden ser instrumentales para la caída pacífica de dictaduras, sirviendo como base para partidos políticos que propongan sistemas democráticos liberales. Sirven como un fiscalizador informal de las acciones del Gobierno, pudiendo denunciar abusos que normalmente quedarían impunes (Ingram 2020; OAS 2024; UN s.f.; WEF 2018). 

Si bien un sistema político puede democratizarse formalmente por una apertura de las élites políticas a raíz de la presión internacional, la consolidación de un régimen democrático liberal exige una sociedad civil activa que demande un gobierno limitado. Sin una sociedad civil fuerte, las probabilidades de que un Gobierno se vuelva autoritario son más altas al no existir contrapesos informales y externos (Dickovick e Eastwood 2016; Tocqueville 2002; WEF 2018).


Referencias

Dickovick, Tyler, y Jonathan Eastwood. 2016. Comparative Politics: Integrating Theories, Methods, and Cases. Reino Unido: Oxford University Press.

Ingram, George. 2020. «Civil Society: An Essential Ingredient of Development». Brookings. Acceso el 5 de enero del 2024. https://www.brookings.edu/articles/civil-society-an-essential-ingredient-of-development/.

OAS. 2024. «Civil Society Status with the OAS». Civil Society. Acceso el 6 de enero del 2024. https://www.oas.org/en/ser/dia/civil_society/status.shtml. 

Ostrom, Elinor. 2000. El Gobierno de los bienes comunes: La evolución de las instituciones de acción colectiva. México: UNAM. 

Tocqueville, Alexis de. 2002. Democracy in America. Chicago: University of Chicago Press. 

  1. s. f. «Civil Society Unit». Outreach Division in the United Nations Department of Global Communications. Acceso el 7 de enero del 2024. https://www.un.org/en/civil-society/page/about-us.

WEF. 2018. «Who and What is ´Civil Society´?». World Economic Forum. Acceso el 6 de enero del 2024. https://www.weforum.org/agenda/2018/04/what-is-civil-society/. 

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La teología de la liberación es un movimiento sociopolítico que nace en el seno de la Iglesia católica latinoamericana en la década de los cincuenta. Se trata de una interpretación marxista del Evangelio católico en la cual se ve al pobre, generalmente campesino e indígena, como la clase oprimida. La pobreza es el resultado tangible de dicha opresión. En este contexto, Jesucristo es el gran liberador (Dault 2021). 

El catolicismo, igual que la vasta mayoría de religiones y sus subdivisiones, le da un lugar importante tanto al pobre como al desprotegido. La diferencia esencial con la teología de la liberación es su naturaleza dialéctica marxista. No aboga por caridad o solidaridad, como otras ramas del catolicismo, sino por una liberación efectiva ligada a la idea de la revolución espontánea de Karl Marx. Eso hace que, en muchas ocasiones, esta variante del catolicismo esté ligada a movimientos comunistas, tanto pacíficos como violentos. Aunque la Iglesia católica oficialmente rechaza esta posición, se popularizó en Latinoamérica durante la Guerra Fría (Dault 2021; Opus Dei 2022). 

La teología de la liberación tiene un origen jesuita. Este grupo católico tiene una presencia histórica importante en el continente. Son los responsables de la evangelización de muchos grupos indígenas, lo cual llevó a la preservación de muchos de estos idiomas, pese a la conquista. El contacto con campesinos y su pobreza llevó a algunos jesuitas a desarrollar la teología de la liberación, lo que terminó haciéndolos copartícipes de las guerras internas de muchos países de América Latina (Dault 2021; EFE 1981). 

La popularización de la teología de la liberación llevó a la separación parcial de la Iglesia católica. Aunque no hubo un cisma que llevara a una nueva iglesia, el catolicismo perdió mucho apoyo de las poblaciones conservadoras. Estados Unidos aprovechó este vacío para fortalecer el rol de las iglesias evangélicas pentecostales en Latinoamérica. A diferencia de otras iglesias protestantes, las iglesias pentecostales eran eminentemente anticomunistas (Dault 2021; Nolan 2018; Ruyán 2014). 

La conversión a confesiones evangélicas fue un refuerzo contra el comunismo diseminado por las guerrillas y por los teólogos de la liberación. Con el tiempo, estos nuevos cristianos pentecostales fueron suficientes como para volverse una poderosa fuerza ultraconservadora dentro de los propios sistemas políticos, impacto que duró y se incrementó con la democratización del continente. Su estrategia mediática y comercial aunada a la teología de la prosperidad, que liga el éxito económico a la relación personal con el dios cristiano llevó a un afincamiento de esta religión en Centroamérica (Araujo Quintero 2023; Nolan 2018; Ruyán 2014). 

En Guatemala, la teología de la liberación tuvo vínculos importantes con las guerrillas indígenas. Normalmente, el comunismo ideológico tiene una aversión a la religión organizada. Sin embargo, la teología mencionada, al adaptar la lógica marxista al Evangelio católico, fue inspiración para muchos guerrilleros indígenas en el altiplano. La relación de los jesuitas con los indígenas es de vital importancia en este caso, pues muchos, debido a su raza, se sentían excluidos de los movimientos comunistas de la capital. La teología mencionada les dio el vehículo perfecto de radicalización en los años setenta. Mientras el catolicismo de las áreas urbanas se mantuvo alineado con el Vaticano, el del interior adoptó esta forma revolucionaria (Nolan 2018; Ruyán 2014). A raíz de esto, la población conservadora buscó una fe alternativa, cuya consecuencia fue la conversión masiva a las iglesias pentecostales. Guatemala es el país con más incidencia de esta conversión en Latinoamérica. Además, el país fue testigo del empoderamiento político de los pentecostales antes que otros países (Araujo Quintero 2023; Nolan 2018; Ruyán 2014). 


Referencias

Araujo Quintero, Luis Carlos. 2023. «El doble reto a la consolidación democrática latinoamericana». Centro para el Análisis de la Decisiones Públicas. Acceso el 24 de junio del 2023. https://cadep.ufm.edu/2023/05/el-doble-reto-a-la-consolidacion-democratica-latinoamericana/

Dault, Kira. 2021. «¿Qué es la teología de la liberación?». USCatholic: Faith in Real Life. Acceso el 24 de junio del 2023. https://uscatholic.org/articles/202107/que-es-la-teologia-de-la-liberacion/.

EFE. 1981. «Guatemala amenaza con expulsar a los jesuitas». El País, 2 de octubre de 1981. 

Nolan, Rachel. 2018. «Ríos Montt, the Evangelist». NACLA. Acceso el 24 de junio del 2023. https://nacla.org/news/2018/04/24/r%C3%ADos-montt-evangelist.

Ruyán, Dámaris. 2014. «La Iglesia en Guatemala y los límites de su misión según su comprensión del Reino de Dios». Razón y Pensamiento Cristiano. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.revista-rypc.org/2014/01/la-iglesia-en-guatemala-y-los-limites_794.html?m=1

Opus Dei. 2022. «¿Qué es la doctrina social de la Iglesia? ¿Cuáles son sus principios?». Textos Doctrinales. Acceso el 24 de junio del 2023. https://opusdei.org/es/article/que-es-doctrina-social-iglesia-preguntas-fe-cristiana/#id_1.


El terrorismo es el uso o amenaza de violencia contra una población civil, con el fin de infundir miedo en el público general. Actualmente, se asocia el terrorismo a atentados masivos perpetrados por organizaciones transnacionales. Sin embargo, este es un fenómeno reciente. El terrorismo puede ser de pequeña escala; de hecho, la mayoría de actos terroristas son locales y con pocas víctimas (Cruz Roja Americana 2023; Diplomatie 2023; INTERPOL 2023; OHCHR 2023; White House 2006). 

Más que los daños físicos y materiales, el objetivo del terrorismo es un daño psicológico. Infundir miedo aspira a cambiar el comportamiento de las personas y crear un ambiente de incertidumbre constante. En muchos casos, la intención del terrorismo es visibilizar una causa política y convencer de su importancia. Es el resultado del extremismo ideológico, pues ya no se busca canalizar la demanda por medios institucionales o pacíficos (Cruz Roja Americana 2023; OHCHR 2023). 

El terrorismo es una estrategia común usada por grupos guerrilleros, grupos paramilitares e, incluso, por los propios Estados. Hay muchas formas de cometer actos terroristas: hacer estallar bombas, secuestrar y librar ataques armados, entre otros. Puede ser considerado como un crimen de guerra, porque ataca a poblaciones civiles no beligerantes en guerras internas. Es perseguido por todas las instituciones internacionales, al ser un uso de la violencia más allá de la simple delincuencia (Diplomatie 2023; OHCHR 2023). 

En el caso de terrorismo de Estado, este puede ser usado por el ejército o por grupos paramilitares afines. En muchos casos, se emplea como una estrategia de contrainsurgencia para contener a los grupos guerrilleros. Algunos elementos del ejército, ya sea por órdenes de superiores o por cuenta propia, pueden llevar a cabo actos de terror para someter a la población civil. Algunos comisionados militares del Ejército guatemalteco, encargados de regiones específicas del país, según la planificación militar, cometían este tipo de abusos. Por su parte, las acciones de los grupos paramilitares son difíciles de controlar. En contextos como estos surgen los escuadrones de la muerte, que cometen masacres en nombre del Estado sin que eso se alinee necesariamente con las metas del Gobierno (OHCHR 2023; University of Texas 2019). 

La declaración de la Guerra contra el Terrorismo, por parte de los Estados Unidos contra grupos islamistas, llevó la cuestión del terrorismo a la escena internacional. El sistema internacional tiene instituciones especializadas que buscan contener operaciones transnacionales de terror (INTERPOL 2023; White House 2006). Sin embargo, este era un elemento que ya se incluía en las políticas de contrainsurgencia a nivel local en países con guerras internas. En muchos casos, luchar contra el terrorismo era sinónimo de luchar contra las guerrillas que atacaban a civiles, generalmente en la forma de secuestros, para financiar la organización con rescates. Esta era una estrategia común de las guerrillas guatemaltecas, que atacaban a finqueros e, incluso, a funcionarios internacionales (OHCHR 2023). 

Hay varias propuestas para derrotar al terrorismo, tanto a nivel internacional como local. Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas abogan por la creación de democracias liberales, con el fin de prevenir el surgimiento de grupos políticos violentos e impedir que el Estado cometa terrorismo. La cooperación internacional entre ejércitos y policías es esencial para contener el terrorismo. Se pueden crear estrategias conjuntas que sofoquen a los grupos que lo practican. Asimismo, es más fácil prevenir los ataques si se comparte la inteligencia. Otro elemento importante es la regulación de armas de destrucción masiva, para que no caigan en manos de terroristas. Limitar la capacidad de uso de armas nucleares, biológicas, químicas y similares es esencial para impedir que los ataques terroristas cobren más víctimas y tengan mayor impacto psicológico (Diplomatie 2023; INTERPOL 2023; OCHR 2023; White House 2006). 


Referencias

Cruz Roja Americana. 2023. «Acerca del terrorismo». Terrorismo. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.redcross.org/cruz-roja/obtener-ayuda/tipos-de-emergencias/terrorismo.html

Diplomatie. 2023. «Naciones Unidas y terrorismo». Seguridad, desarme y no proliferación. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.diplomatie.gouv.fr/es/politica-exterior/seguridad-desarme-y-no-proliferacion/terrorismo-accion-internacional-de-francia/naciones-unidas-y-terrorismo/

INTERPOL. 2023. «Terrorismo». Delitos. Acceso el 21 de julio del 2023. https://www.interpol.int/es/Delitos/Terrorismo

OHCHR. 2023. «Terrorismo y extremismo violento». Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Acceso el 22 de julio del 2023. https://www.ohchr.org/es/topic/terrorism-and-violent-extremism

University of Texas. 2019. «100 hombres armados: Comisionados militares siembran el terror en Esquipulas, piden intervención de Laugerud». Latin American Digital Archives. Acceso el 22 de julio del 2023. https://ladi-prod.lib.utexas.edu/es/CIRMA/1feaf896-163a-4638-98d6-cff39a3f7c7d

White House. 2006. «La estrategia nacional del presidente para combatir el terrorismo». Los Estados Unidos Seguridad Nacional. Acceso el 22 de julio del 2023. https://georgewbush-whitehouse.archives.gov/infocus/nationalsecurity/index.es.html


La tiranía del Gobierno es una condición política que implica que un Gobierno ya no es legítimo, porque comete abusos que violan la ley aceptada, especialmente la constitución, permitiendo así exigir un cambio de Gobierno. Es un término bastante ambiguo, pues depende del consentimiento subjetivo de los gobernados, la denuncia de la tiranía como tal y el tipo de derecho que se esté violando. Sin embargo, implica la pérdida de legitimidad que puede ser usada para provocar un cambio de Gobierno. En esencia, la tiranía del Gobierno legitima el uso del derecho a la revolución: las personas no están obligadas a seguir órdenes de un Gobierno ilegítimo. 

La idea de tiranía es antigua y ha sido usada en muchos contextos diferentes. En la Antigüedad, diferentes civilizaciones desarrollaron ideas similares que justificaban un derecho a la revolución. Por ejemplo, Aristóteles clasificaba a los gobiernos como justos o injustos, en la medida que respetaban la naturaleza. Aquellos que eran injustos eran desviaciones y llevaban a revoluciones que cambiaban el tipo de régimen (Aristóteles citado en Azcárate 2005). Los chinos fueron más allá al desarrollar la idea del mandato celestial. En el confucianismo, el emperador tenía un mandato de gobernar sobre sus súbditos, para mantener el balance del universo. Si el emperador alteraba dicho balance, los súbditos podían y debían derrocarlo. El «Cielo» escogería una nueva familia real que restaurara el balance del universo (Cartwright 2017). 

En la Edad Media, los escolásticos de Castilla, entre ellos Juan de Mariana, consideraron la importancia del derecho a la revolución. Si un monarca se desviaba del iusnaturalismo, entendido como ley natural en el marco del catolicismo, el tiranicidio era un último recurso en manos de los súbitos para liberarse (Centenera Sánchez-Seco 2006). En las postrimerías de la Ilustración, los padres fundadores de los Estados Unidos siguieron una lógica similar. En vez de hablar de tiranicidio, ellos hablaron de la independencia de las trece colonias como un derecho por la tiranía del rey de Inglaterra. Se cita la violación de varios derechos naturales como la justificación de la secesión de las colonias norteamericanas del Imperio británico (National Archives 2023). 

En el contexto del marxismo, la tiranía del Gobierno se debe al control del Estado por parte de la burguesía explotadora que expolia al proletariado oprimido. Según el socialismo científico de Marx, nombre original de su teoría, el proletariado empezaría una revolución espontánea que derrocaría el sistema ilegítimo de la burguesía. Este sería seguido por una dictadura del proletariado, cuyo punto esencial sería el control estatal de los medios de producción para prevenir los abusos de la propiedad privada de la burguesía. Tras esta dictadura mencionada, la humanidad regresaría a un comunismo primitivo donde la propiedad no existiría, así como era antes del surgimiento de los primeros opresores (Marx citado en Cole 1957). 

Con la expansión del comunismo en el mundo, nuevas variantes del marxismo abogaban por precipitar la revolución, en vez de esperar a que sucediera espontáneamente. Así, la idea de tiranía del Gobierno se vuelve poderosa, pues legitima la lucha revolucionaria de partidos y guerrillas comunistas en todo el mundo. Este es un principio particularmente importante en aquellos que creían en el trotskismo o el foquismo, pues ambas variantes implicaban la expansión deliberada de la revolución. Así, la lucha contra la tiranía era un esfuerzo armado, generalmente guerrillero (Urrego 2016). 


Referencias

Azcárate, Patricio de. 2005. «Política. Libro 8». En Obras de Aristóteles. Acceso el 9 de julio del 2023. https://www.filosofia.org/cla/ari/azc03243.htm. 

Cartwright, Mark. 2017. «Mandate of Heaven». World History Encyclopedia. Acceso el 8 de julio del 2023. https://www.worldhistory.org/Mandate_of_Heaven/. 

Centenera Sánchez-Seco, Fernando. 2006. El tiranicidio en los escritos de Juan de Mariana: un estudio sobre uno de los referentes más extremos de la cuestión. España: Universidad de Alcalá. 

Cole, George Douglass Howard. 1957. Historia del pensamiento socialista. México: FCE.

National Archives. 2023. «Declaration of Independence: a Transcription». America’s Founding Documents. Acceso el 7 de julio del 2023. https://www.archives.gov/founding-docs/declaration-transcript. 

Urrego, Miguel Ángel. 2016. «Historia del maoísmo en América Latina: entre la lucha armada y servir al pueblo». Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura  44(2), 111-135. 


El trotskismo es una variante del marxismo-leninismo que aboga por la revolución obrera internacional por medio de la promoción de partidos políticos en otros países para replicar la Revolución rusa. Es el principal ejemplo del internacionalismo en el mundo socialista, ya que ve el proyecto comunista como algo que trasciende las fronteras internacionales. Fue una de las dos variantes en competencia por el control de la Unión Soviética tras la muerte de Lenin (Acosta de Arriba 2017; García Hernández 2017; Lenin citado en Gayubas 2022). 

El trotskismo se llama así en honor a su ideólogo, León Trotsky. Tras la muerte de Lenin, fundador de la Unión Soviética y principal innovador ideológico del marxismo, Trotsky se disputó el poder del país con Stalin. Ambos buscaban derrotar a los países capitalistas del mundo. Sin embargo, sus estrategias eran opuestas. Stalin abogaba por el «socialismo en un solo país», propuesta que implicaba centralizar y burocratizar el Estado soviético, mediante el aislamiento político y la autarquía económica. De esa manera, el país desarrollaría las capacidades de luchar directamente con las potencias capitalistas. Trotsky buscaba destruir las potencias capitalistas desde adentro. Para eso, la URSS debía abrazar la revolución permanente a nivel internacional al financiar vanguardias, entendidas como partidos comunistas, en el mundo industrializado. La idea era tener un partido comunista suficientemente grande en cada país para provocar la revolución obrera, asegurando así un mundo políticamente amigable con la Unión Soviética (Lenin citado en Gayubas 2022; O’Callaghan 1941). 

Stalin se impuso políticamente y exilió a Trotsky, reformando la URSS con su «socialismo en un solo país». Con la muerte de Stalin en 1954, el liderazgo soviético revirtió varias de las medidas aislacionistas y rescataron parte del internacionalismo del trotskismo. En el marco de la Guerra Fría con Estados Unidos, el imperio comunista empezó a apoyar a partidos y guerrillas comunistas en todo el mundo (Lenin citado en Gayubas 2022; Moreira 2022). 

Para crear partidos comunistas en el exterior, el trotskismo propugnaba el entrismo. En esencia, fundar un partido comunista nuevo es difícil y puede ser perseguido a nivel político más fácilmente. En su lugar, el entrismo propone infiltrar partidos socialdemócratas. Aprovecharían la institucionalidad y popularidad de estas formaciones políticas para facilitar que los comunistas llegaran al poder. Así, se podía empezar la revolución fácilmente e, inclusive, por medio de las urnas y no a través de las armas (Lenin citado en Gayubas 2022). 

En Latinoamérica, la ruptura estalinista-trotskista se dio a nivel ideológico también. En la Revolución cubana, las fuerzas de cada variante del marxismo se opusieron durante la consolidación de la dictadura comunista en la década de los sesenta. El foquismo del Che Guevara era la continuación del trotskismo cubano con el reemplazo del partido por la guerrilla como vanguardia comunista internacional. Por su parte, Castro buscaba una tendencia más cercana al estalinismo: concentrar el poder y eliminar facciones comunistas que no estaban bajo su control. Algunos opositores a Castro consideraban su dictadura como pequeñoburguesa al recrear una jerarquía de clase social mediante el partido comunista. Al final, el castrismo como equivalente del estalinismo se impuso en la isla, llevando a la marginalización del foquismo allegado al trotskismo. Esto llevó a que Cuba interviniera menos en Latinoamérica y se alineara más con los intereses geopolíticos soviéticos (Acosta de Arriba 2017; García Hernández 2017). 

En Guatemala, el trotskismo fue importante al ser la tendencia inicial del PGT. Esta era la vanguardia que la Unión Soviética buscaba en el país para empezar una revolución comunista. Sin embargo, el PGT como movimiento no se mantuvo unido por el florecimiento de nuevas variantes del marxismo venidas de Asia y de Cuba. Aun así, el trotskismo es importante en el mundo socialista porque justifica la revolución pese al fracaso de la URSS. Aseguran que el estalinismo llevó al fracaso de la Unión Soviética por no ser un «socialismo real». La interpretación trotskista de la historia soviética contribuye a mantener viva la creencia política de la viabilidad del socialismo (Acosta de Arriba 2017; García Hernández 2017). 


Referencias

Acosta de Arriba, Rafael. 2017. «El final del trotskismo organizado en Cuba». En Las izquierdas latinoamericanas, 299-320. Santiago: Ariadna.

García Hernández, Frank. 2017. «El trotskismo cubano y la revolución rusa en los años veinte». En Las izquierdas latinoamericanas, 273-281. Santiago: Ariadna Ediciones.

Gayubas, Augusto. 2022. «Trotskismo». Enciclopedia Humanidades. Acceso el 8 de julio del 2023. https://humanidades.com/trotskismo/. 

Moreira, Carlos. 2022. «A 82 años de la muerte de Leon Trotsky. ¿Qué es el trotskismo?». La Izquierda Diario. Acceso el 7 de julio del 2023. https://www.laizquierdadiario.com/Que-es-el-trotskismo?amp=1. 

O’Callaghan, Einde. 1941. «The Stalinist Theory of “Socialism in One Country”: Soviet Disasters, Defeat of Revolutions Are Fruits of This Theory». Encyclopaedia of Trotskism Online. Acceso el 2 de julio del 2023. https://www.marxists.org/history/etol/writers/curtiss/1941/11/staltheory.html.

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La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID es la institución federal encargada de los proyectos de ayuda extranjera. Nace a partir de la orden ejecutiva del presidente Kennedy, quien puso todos los programas de desarrollo preexistentes bajo el mando directo del Ejecutivo. De esta manera, USAID se vuelve una herramienta del presidente de turno para avanzar su agenda a nivel internacional, algo particularmente relevante en el contexto de la Guerra Fría (USAID 2003; USAID 2021). 

USAID es un ejemplo claro de las etapas de desarrollo de la ayuda extranjera proveniente de Occidente. Los estudiosos del tema aseguran que hay tres etapas esenciales en las políticas de desarrollo: la ayuda técnica específica, la ayuda humanitaria a través del Estado y el uso de mecanismos privados para fomentar el desarrollo. En los años cincuenta del siglo XX, Estados Unidos y sus aliados ofrecían ayuda tecnológica específica a una industria o infraestructura. Conforme la competencia con la Unión Soviética se volvió más fuerte en los sesenta, la cantidad y el enfoque de la ayuda aumentaron. Muchos de estos programas fracasaron, ya que generaban incentivos perversos de dependencia en las comunidades beneficiadas y fomentaban la corrupción estatal, pues era el Estado quien recibía la ayuda humanitaria y la repartía. Con estos programas, se atacaban los efectos de la pobreza en vez de sus raíces. Para 1980, Occidente buscó aliados no estatales para desarrollar proyectos sostenibles y conjuntos. Asimismo, se fomentó la inversión extranjera directa para incentivar el surgimiento de mercados más productivos (Rodríguez Carreiro 2018; USAID 2021). 

En el caso particular de Estados Unidos, USAID fomenta dos aspectos adicionales: la democracia liberal y la reconstrucción. Si bien la promoción de la democracia no es permanente en la política exterior estadounidense, existe una tendencia a mejorar los sistemas de gobierno de aquellos con quienes trabajan. Antes y después de la Guerra Fría, la democratización era un requisito para recibir ayuda. En cuanto a la reconstrucción, ese programa es específico para aliados en guerra o países invadidos. El plan Marshall en Europa y las reconstrucciones de Japón, Corea, Afganistán e Irak son ejemplos de esto (Coyne 2008; USAID 2012). 

Aunque el objetivo declarado de USAID es el desarrollo, no hay que obviar la intencionalidad política detrás de esta ayuda. La idea de concentrar todo en una agencia ligada al Ejecutivo es que el presidente pudiera avanzar los intereses geopolíticos del país rápidamente. Por su cercanía geográfica, uno de los principales receptores de ayuda de USAID es la cuenca del Caribe (USAID 2020 y 2021). 

Al ver los programas en Guatemala, se puede vislumbrar parte de la intención política. El primer caso es la carretera interamericana. En los años cincuenta, antes de que USAID existiera, se construyó esta carretera con inversión estatal estadounidense para unir a todo el continente americano. Esto facilita el comercio y predispone la integración e interdependencia económica. Las ayudas en los sesenta y los setenta iban dirigidas a generar más y mejores mercados que permitieron el florecimiento de la economía. La ayuda agrícola buscaba optimizar la producción, mientras que la fundación de MICOOPE buscaba financiar a pequeños emprendedores. La idea era alejar a las comunidades rurales de caminos violentos como la guerrilla, siendo la parte sociopolítica de una política de contrainsurgencia. Los programas específicos tras la democratización buscaban reconstruir el altiplano, área del país que sufrió mayor destrucción en el enfrentamiento armado interno. Posteriormente, USAID canalizó la promoción de la democracia liberal a través de su apoyo a la firma de los Acuerdos de Paz y las reformas judiciales consiguientes (USAID 2020 y 2021). 

En esencia, la ayuda que entra al país a través de USAID tiene una intención política del presidente estadounidense. Buscó prevenir conflictividad en el marco de la Guerra Fría, mientras aspiró a debilitar el Estado autoritario guatemalteco conforme la Unión Soviética y sus satélites se debilitaban. Siempre buscan conseguir tanto la lealtad del gobierno guatemalteco como apelar a los ciudadanos individuales. 


Referencias

Coyne, C. J. 2008. After War: The Political Economy of Exporting Democracy. Estados Unidos: Stanford University Press.

Rodríguez Carreiro, Óscar. 2018. Las políticas de la industrialización. España: Universidad de Compostela.

USAID. 2003. «The Foreign Assistance Act of 1961, as amended: Legislation on Foreign Relations Through 2002». USAID. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.usaid.gov/document/foreign-assistance-act-1961-amended

USAID. 2020. «Guatemala: History». USAID. Acceso el 24 de junio del 2023. https://www.usaid.gov/guatemala/history

USAID. 2021. «USAID History: Celebrating 60 Years of Progress». USAID. Acceso el 24 de junio del 2023. https://acortar.link/iSajcM

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