Comisión Militar (COMIL)
El Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) tuvo una relación conflictiva con la idea de la lucha revolucionaria, pues, de acuerdo con los postulados del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), daba prioridad al trabajo político por encima del militar, al que en algunos momentos llegó a calificar de «mero aventurerismo». Consideraba que la violencia revolucionaria debería ser una herramienta de apoyo del trabajo político que debía realizar el partido, pero nunca sustituirlo, posición esta que fue denunciada originalmente por Turcios Lima, por considerar que el PGT estaba instrumentalizando con fines políticos a las organizaciones revolucionarias que se jugaban la vida en los distintos frentes, y por Rolando Morán, quien en 1967, en el llamado «Documento de Marzo», rompe definitivamente con la dirección del PGT, a cuyos integrantes acusa de oportunismo.
Para no perder el apoyo de los jóvenes militantes atraídos a la estructura del partido por su eficiente organización, la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT), que cumplía un activo papel entre los estudiantes de enseñanza superior y universitaria, el PGT decidió crear un brazo militar: la Comisión Militar o COMIL, bajo un estricto control de la dirección del partido. Sin embargo, la COMIL fue víctima de su propio éxito, pues alcanzó una alta capacidad militar, que la llevó a asesinar a altos mandos militares y policiacos, como, por ejemplo, la acción que denominó «Panzós Heroico», en la que atacó a un contingente de la Policía Militar Ambulante (PMA), matando a más de diez elementos de la tropa, en represalia por la denominada Masacre de Panzós, en el segundo semestre de 1978. Por temor a las consecuencias que habría de tener esta acción, el Buró Político del Partido se desligó de la acción, negándose a que la reivindicara el PGT o su brazo militar. Ante esta decisión, la COMIL rompió con el PGT y fundó el llamado PGT-Núcleo de Dirección, encabezado por José Alberto Cardoza.